En una de las temporadas más exitosas de su historia, el Madrid da la sensación de ser uno de esos clubes grises y plomizos que cerraron el ejercicio lejos de sus objetivos y sin nada que llevarse a la boca. Su estrella no es feliz y le cuenta a todo el que quiera escucharle que se siente engañado por el habitante de la planta noble del Bernabéu a pesar de sus cuatro Ligas de Campeones en un lustro -tres de forma consecutiva- sus cinco (cuatro como merengue) "Balones de Oro" y sus más de veinte millones de euros limpios al año de sueldo. Siendo Cristiano Ronaldo el que se queja podría pensarse que es lo de casi todos los veranos, pero el tema parece que se puede enquistar y la relación con el club (Florentino Pérez) gangrenarse de tal forma que sea necesario amputar.

Por si fuera poco, Zidane, el hombre de moda, el entrenador que ha logrado llevar a los merengues a sumar tres títulos continentales consecutivos, optó por irse de manera inesperada dejando a la entidad en un estado de shock del que todavía parece que no se ha recuperado. Seguramente tendrán que pasar muchos años para saber -si es que al final alguien pone luz sobre las sombras de la espantada- qué pasó realmente para que Zidane dijera adiós para pasmo de Florentino, acostumbrado a ser el único que -hasta que llegó el galo- apretara el botón de destrucción de los técnicos.

Zidane dice que lo dejó al entender que bajo su mando el Madrid no sería ganando títulos. Vamos, que se veía fuera antes de comer las uvas. Pero algo no cuadra cuando estaba preparando la pretemporada dando su opinión sobre el equipo cuando dejó bien claro que quería que siguiera CR7. Suena a que algo muy gordo ocurrió con el presidente, que ahora llama -y le llaman- a todas las puertas en busca de un entrenador que quiere firmar antes de que comience el Mundial. Pochettino, el deseado, lo tiene complicado para dejar el Tottenham salvo que a Florentino le de por estrenar otra vía en el desquiciado mundo del fútbol: pagar una millonada por la carta de libertad de un técnico. Estando por el medio el dueño de ACS no se puede descartar nada. Ahora hay quien quiere colocar a Guti en lo más alto del escalafón técnico del Madrid con el argumento de que si funcionó con Zidane, ¿por qué no con el excentrocampista? Pasan los días, y lo que comenzó siendo calificada como una elegante salida del club del técnico galo, va camino de convertirse en un acto de cobardía en toda regla que ha metido en un pedazo de marrón al Madrid.

Y es que lo ocurrido tras el triunfo en la final de Kiev ante el Liverpool que supuso la consecución de la decimotercera Copa de Europa de los blancos -la cosa empezó pronto a torcerse con Cristiano liándola nada más acabar el choque con sus declaraciones en las que insinuaba que se iba- muestra que el Madrid es un club atormentado que da la impresión de que es incapaz de gestionar sus éxitos. Ahí está lo que ocurrió en 2003 en la celebración del título de Liga en el que la plantilla, encabezada por Fernando Hierro, amenazó con boicotear las celebraciones. Aquello acabó con el capitán fuera del Madrid y con el entrenador, Vicente del Bosque, ganador de dos Ligas de Campeones, haciendo las maletas.