En solo una semana, y en dos circuitos franceses, Fernando Alonso ha vivido la cara y la cruz del deporte. De la miel de la victoria en Le Mans con un Toyota superlativo, a la hiel del abandono en el Paul Ricard con un McLaren decepcionante. El triunfo ayer en el recuperado Gran Premio de Francia fue para un Lewis Hamilton que impuso sin problemas la ley de la mecánica pluscuamperfecta de su Mercedes, ayudado sin duda por el celo de Vettel, que en su intento por superar a Bottas en la primera curva tras la salida provocaba un toque entre ambos que les llevaba al fondo del pelotón. Junto a Hamilton, que con la victoria recupera de nuevo el liderato de la general, se situaban en el podio Verstappen (Red Bull) y Raikkonen (Ferrari). Sainz, que partía séptimo y que se situó tercero tras el caos del arranque de la carrera, finalizó octavo y dando gracias debido a un problema en el motor eléctrico de su Renault.

Pero para problemas, los de McLaren. Reconocen en Woking que tienen un fallo aerodinámico pero que son incapaces de localizarlo en el túnel del viento; ni en el suyo propio ni en el de Toyota en Colonia. Y problema gordo debe de ser, problemón auténtico, porque de la fiabilidad del túnel de la firma nipona, a la vista de sus resultados en el Mundial de Resistencia, con dos dobletes en las dos carreras disputadas (Spa y Le Mans), no puede dudarse. Así, tras unas cinco primeras citas de la temporada en las que Fernando Alonso no es que pudiera luchar por el podio pero sí al menos por liderar esa segunda división de la parrilla tras los Mercedes, Ferrari y Red Bull, McLaren se ha convertido ahora en la peor escudería del campeonato. Mientras las demás van incorporando mejoras, mayores o menores, los de Woking van marcha atrás.

El sábado ni Alonso ni Vandoorne lograban superar la primera criba clasificatoria y al abandono de ayer del asturiano había que sumar un nuevo cero (decimosegundo puesto) de su compañero. Y eso que el asturiano lo peleó. Aprovechó el coche de seguridad provocado por el accidente entre Vettel y Bottas para cambiar neumáticos en la primera vuelta e intentar llegar sin más paradas hasta el final con los más duros. Incluso soñaron en el garaje de McLaren con lograrlo cuando las nubes se asomaron al circuito, aunque acabaron pasando de largo. Pero el esfuerzo resultó inútil.

"No tengo frenos, no tengo neumáticos, no hay puntos que defender", se quejaba Alonso por radio a diez vueltas del final cuando rodaba decimotercero. Reclamaba prácticamente que le permitieran retirarse, lo que acabó ocurriendo a dos giros de la conclusión y después de tener que realizar un segundo cambio de gomas. Tercer abandono consecutivo y, lo que es peor, sin visos de mejora. McLaren no encuentra la solución en el túnel oscuro y ha caído en un pozo sin aparente fondo. El coche naranja causa sonrojo.

La victoria de Hamilton fue absoluta, en modo martillo. Solo cedió el liderato una vuelta, a Raikkonen, porque el finlandés retrasó un poco más su cambio de neumáticos. Se libró el británico del toque entre Vettel y Bottas en la salida y se escapó a ritmo continuo de vuelta rápida tras vuelta rápida, volando bajo sobre la larga recta del circuito galo, para sumar la 65.ª victoria de su carrera. Tercer triunfo del año del piloto inglés con los que iguala los tres de Vettel, a quien remonta por segunda vez en el campeonato para situarse con 14 puntos de ventaja en la general. Mal menor en todo caso para el alemán, que finalizaba quinto tras haber reiniciado la carrera tras el coche de seguridad inicial provocado por él mismo en la decimoséptima posición, justo por detrás de Alonso. Pero mientras el asturiano solo adelantó al Williams de Sirotkin en las quince primeras vueltas, Vettel en las mismas se situaba ya en la sexta plaza.

Calendario exigente

Las malas noticias se multiplican para McLaren, pues el verano llega con fuerza al Circo y no concede tiempo para buscar soluciones. Y es que tras la cita de ayer los pilotos deberán afrontar otras dos carreras de forma consecutiva: el GP de Austria, el 1 de julio, y el de Gran Bretaña, el 8. Además, para cerrar el mes tendremos otro doblete antes de comenzar el paréntesis vacacional: el GP de Alemania, el día 22, y el de Hungría, el 29.

Así las cosas, nos aguarda un mes de julio con un único domingo, el día 15, sin carrera de F1; curiosamente en el que será una de las jornadas más apasionantes que puedan imaginarse en el deporte. Variedad, calidad y cantidad. Por si quieren ir haciendo planes, apunten: el Gran Premio de Alemania de Motociclismo, la final masculina del torneo de Wimbledon, la novena etapa del Tour de Francia y, de postre, la final del Mundial de fútbol.

Haz click para ampliar el gráfico