En menos de 15 minutos contra Marruecos, Iago Aspas demostró sus dos cualidades. Es bueno y es breve. Aspas necesitó menos de un cuarto de hora para meter a España de tacón y con su pierna mala como primera de grupo. Con un gesto elegante, el delantero del Celta pulverizó un nuevo récord. En marzo, era el delantero que más rápido había marcado cuatro goles con España de toda la historia moderna, con 289 minutos. Con su espuelazo, suma seis tantos en doce participaciones. Es el delantero que menos tiempo necesitó para alcanzar esa cifra en 20 años: media docena de dianas en 382 minutos. Costa, por ejemplo, necesitó 1.137 minutos para alcanzar ese cómputo.

Toda una marca de la historia moderna, pero el récord absoluto en este aspecto lo sigue manteniendo el coruñés Chacho, que marcó seis goles con la camiseta de la selección en 87 minutos. Eduardo González Valiño (A Coruña, 1911) fue el primer gallego en participar con la selección en un Mundial -Italia 1934-, y un año antes alcanzó una marca que nadie fue capaz de superar 85 años después marcó seis goles en 87 minutos. Anotó seis de los trece tantos que España le endosó a Bulgaria (13-0) en mayo de 1933. Marcó el primero de su cuenta (y el primero de la selección) en el minuto 6 y cerró el marcador en el minuto 87. Era otra época. Aquella en la que España se presentó en Italia, segundo Mundial de la historia, con posibilidades de alzar el título, pero sucumbió ante el equipo anfitrión en el desempate, tras un arbitraje más que parcial.

Los números de Iago Aspas admiten comparación con Villa. Al igual que el mayor goleador de la historia de la selección, con 59 goles en 98 partidos, al asturiano le costó quitarse el cartel de revulsivo, en la etapa en la que Raúl todavía era el siete de España. Ahora, el de Moaña tiene por delante a Costa y escrito en la frente el cartel de alternativa. Pocos tienen tanto duende de cara al gol. Aspas debutó un 15 de noviembre de 2016 en un amistoso contra Inglaterra. Jugó 44 minutos y mojó, en el minuto 87, en lo que era su primera aparición. Cuando entró, España perdía por dos goles en Wembley. Isco empató tras Aspas en el 90.

A Villa le costó mucho más estrenarse. Y eso que tuvo una primera vez "sencilla". El guaje debutó con España un nueve de febrero de 2005, contra San Marino. La selección vapuleó al débil equipo de la península italiana por un claro cinco a cero. Villa entró en el descanso pero no marcó. Tardó 149 minutos en hacer el primero. Fue en el partido de vuelta de la repesca de Mundial de 2006, contra Eslovaquia (1-1), en noviembre. Aunque fue el inicio del mejor goleador español de la historia, la Roja anterior al tiki taka ya no se jugaba nada.

Fernando Hierro sabe que tiene talento en el banquillo. Cuando se da la vuelta y mira hacia el banco, tiene más claro que Aspas es su recurso. Probó contra Irán con Rodrigo y la apuesta no salió bien. España sufrió. Contra Marruecos, Aspas fue su elección. "Le pedí que sacase todo el talento que tiene, como así ha hecho", expresó el seleccionador al término del encuentro contra Marruecos. Aspas brilló ante los norteafricanos con un gol decisivo, poco reconocido, al que los grandes medios adjudicaron al VAR en lugar de valorar al atacante gallego.

Contra Rusia, la afición pide cambios. Si bien, sentar a Costa parece precipitado. No hay que olvidar que el hispano brasileño fue clave con dos goles en el empate a tres con Portugal y marcó el de la victoria ante Irán. Si sin el gallego, España no sería primera, sin el delantero del Atlético, la roja no estaría en la fase de eliminatorias. De hecho, Costa sigue siendo uno de los máximos artilleros del Mundial, con tres goles. Superado solo por Kane, Ronaldo y Lukaku, con cuatro, e igualado con el sorprendente Chéryshev. No obstante, en caso de que Costa falle, ahí estará Aspas. Su carta de presentación es excelente: 23 goles en 37 partido con el Celta. Con la selección promedia uno cada 64 minutos. Y llegó antes que Villa, Torres y Raúl a la barrera de los seis.