Rubén Fernández será el representante coruñés en el estamento arbitral que pitará el Campeonato de Europa a partir de mañana. Será su primera cita continental a nivel absoluto después de pasar por varios de categoría sub 17 y le toca debutar con la presión de hacerlo en casa. "Presión nada, lo agradezco porque así puede venir a verme mi familia", aclara. "Me hace mucha ilusión. Es muy difícil entrar en un Europeo porque solo hay dos plazas para árbitros españoles, en este caso tres, así que tuve suerte y estoy encantado de que me hayan designado", asegura. Su participación dependerá de hasta dónde llegue la selección española porque el Comité Europeo, para evitar suspicacias, nunca permite que colegiados de un país arbitren a su equipo nacional. "Es una faena porque por suerte tenemos los mejores equipos y selecciones, que siempre están en las finales. Pero si toca un buen cruce, como un Portugal-Italia en semifinales, por ejemplo, puede estar muy bien", añade. La única indicación que han recibido es clara y sencilla: "Que seamos rigurosos y apliquemos el reglamento".

Porque los árbitros lo que quieren es pitar los partidos grandes y para llegar a ellos primero tienen que ir superando pruebas y ganando puntos a lo largo de la temporada. "Muchos piensan que pitamos y nos vamos", dice, "pero a nosotros también nos juzgan y después nos piden explicaciones de por qué hacemos esto o lo otro. Y también nos vamos para casa comiéndonos la cabeza". Por eso les conviene hacerlo bien. "Ninguno entra en la pista para beneficiar o perjudicar a un equipo porque si no lo hacemos bien, no podemos aspirar a los partidos importantes, que son los que nos gustan a todos", explica el colegiado gallego.

La figura del árbitro siempre es la diana de todas las críticas y reconoce que desde la pista se escucha prácticamente todo lo que le gritan desde la grada. "Siempre hay cuatro que se dedican a insultar". Fernández admite también que son humanos y se equivocan, pero niega que exista la ley de la compensación. "Nunca puedes solucionar un error con otro error, porque estarías cometiendo dos", reflexiona. "Así que lo único que puedes hacer es apechugar con lo que has hecho, mantener la calma y centrarte para que no vuelva a pasar".

El hockey sobre patines es un deporte muy rápido en el que hay que tomar decisiones en un segundo. ¿Les vendría bien una ayuda como el VAR, que se acaba de implementar en el Mundial de fútbol que se está disputando en Rusia? "No lo veo útil. Habría muchas jugadas polémicas", analiza, porque los jugadores pisan las áreas incluso cuatro veces cada minuto. "Se estaría cortando el partido cada poco y se acabaría con la esencia del hockey", continúa. ¿Y si, como el ojo de halcón del tenis, se limitara a solo tres usos por equipo por partido? "No lo sé, habría que estudiarlo pero no creo que tengamos los medios necesarios para implantarlo porque habría que poner cámaras a lo largo de toda la pista... es muy difícil. La verdad es que no creo que haya ninguna tecnología que nos pudiera ayudar mucho", concluye.