Nanjing, Oliveira de Azemeis, La Vendeenne y A Coruña. Ciudades por todo el mundo que tienen en común que en ellas se disputó un campeonato de hockey sobre patines. Y como cada vez que hay una gran cita, los incondicionales de la bola y el stick cogen los bártulos y se plantan en donde haga falta. Una comunidad que se reencuentra cada año, bien en la grada o a pie de pista. Algunos de ellos son el coruñés Jorge Estébanez, el italiano Claudio Pavese, los madrileños Nacho Martín y Paula Zamorano y los británicos Gordon y Deborah Morrison. Aunque hay muchos más, como el asturiano Luis Velasco, el portugués, Pedro Alves y las italianas Marzia Cattini y Roberta Mirabile, los cuatro fotógrafos. Estos días en la ciudad hubo públicamente de las once selecciones que participaron y que tiñeron de color el Palacio de los Deportes de Riazor e incluso ayudaron al speaker a cantar las alineaciones antes de los partidos. Diversión, turismo y pasión ligada al deporte.

Jorge Estébanez, vinculado al Club Hockey Oleiros, se fue el año pasado hasta China y ya está planeando, prácticamente a tres años vista, ir a San Juan (Argentina). Además de todos los sitios por los que ha pasado, casi siempre acompañado por su hijo Javier, le ocurrió que como el Europeo inicialmente iba a ser en Italia, ya se había comprado los billetes. Así que aprovechó para hacer un itinerario hockístico por el país visitando Lodi, Forte dei Marmi, Viareggio, Valdagno... y con el Europeo en casa, ya no tuvo que desplazarse más que unos kilómetros.

Gordon y Deborah Morrison, por su parte, se engancharon por su hijo Ian, que fue portero en el Vic, Girona y Oviedo, entre otros equipos. En Asturias, de hecho, se casó y tienen un nieto español, como enseña la orgullosa abuela. Empezaron a ir a las competiciones, por tanto, para ver a su hijo, hace ya casi dos décadas. Y cuando este lo dejó, ellos siguieron a lo suyo, con Gordon convertido en un fotógrafo de referencia de hockey sobre patines.

Claudio Pavese es fácilmente reconocible en las gradas, detrás de una enorme pancarta con la bandera italiana en la que pone Lodi. No estuvo en Nanjing, primer Mundial que se perdía en mucho tiempo porque ya había viajado a San José (Estados Unidos) en 2005. Además de seguir a la selección italiana, es el más fiel aficionado del Lodi, al que nunca deja solo en sus desplazamientos de liga y copa nacionales e internacionales, de hecho ya había estado este año en A Coruña para la Champions. De un sitio a otro. El hockey engancha.