Diez medallas, veinticinco finalistas y un quinto puesto en la clasificación por puntos dejaron en los Europeos de Berlín un "moderado optimismo" en la Federación con miras a Tokio 2020. En Berlín compitió "medio equipo" de los Juegos y la sensación que dejó el conjunto español -el más numeroso de la historia, con 96 atletas-, fue haber alcanzado un punto de diversidad que permite abrir el abanico de opciones a nuevas disciplinas. Los resultados se ajustaron a los vaticinios de Ramón Cid, pero por caminos a veces imprevistos. "Dije antes de venir que había 17 o 18 posibilidades de medallas y cristalizaron las que no pensaba que tenían tantas opciones y se escaparon otras con las que contaba", admitió.

Hortelano, Husillos, Ordóñez y De Arriba, erigidos en adalides de la nueva ola, estuvieron por debajo de las expectativas. Habían logrado grandes resultados y no supieron ajustar su pico de forma. Nadie en su sano juicio podía exigir una medalla a Hortelano en su regreso, pero los récords de España que había logrado habían disparado las esperanzas de subir al podio individual. Sí estuvo en el cajón de relevos 4x400. Regresa de Berlín con las ideas claras: su reincorporación a la elite es un hecho y el 400 no perdona el exceso de corazón.

La marcha volvió a dar la cara por el atletismo español. De no haber sido por sus cuatro medallas (de oro Álvaro Martín y María Pérez en 20 km, de plata Diego García en 20, de bronce Julia Takacs en 50), el equipo español habría quedado lejos de sus previsiones. Martín, de 24 años, y Pérez, de 22, escenificaron con sus títulos el cambio generacional. El murciano Miguel Ángel López, sexto en 20 km, habrá de explicarles a los dos nuevos campeones de la marcha corta cómo se puede ganar el título mundial al año siguiente de ganar un europeo.

El sector más deprimido en Berlín fue el de lanzamientos. España no logró una sola de las 96 plazas de finalistas en las ocho pruebas.

"Tenemos que ser moderadamente optimistas. Hemos cumplido las expectativas", aseguró el director técnico Ramón Cid. El año próximo, en los Mundiales de Catar, y al siguiente en los Juegos de Tokio, el atletismo español tendrá que refrendar su nuevo estatus.