El Betis ganó al Sevilla y se llevó un derbi intenso, doce años después de su última victoria en casa ante el eterno rival, merced a un gol de su capitán, Joaquín Sánchez, a diez minutos del final de un choque que los sevillistas acabaron con diez por la expulsión de Roque Mesa mediada la segunda mitad.

En este duelo cainita, en el que no hubo demasiadas ocasiones claras, el Betis dominó más y fue superior, sobre todo en una primera parte en la que no acertó ante el gol, lo que permitió rehacerse a un Sevilla que acabó desmoronándose tras la expulsión.

Los eternos rivales llegaban a este derbi tan tempranero con la misma ilusión y ganas de dar una alegría a su afición: el Betis más necesitado, pues aún no había ganado ni marcado un gol y, además, jugaba en casa; y el Sevilla más rodado por sus previas europeas.

El técnico verdiblanco, Quique Setién, sorprendió con Tello en la derecha para buscar más profundidad, en vez de Francis o Barragán, y, con Andrés Guardado ya recuperado, apostó arriba por Canales, el japonés Takashi Inui y Loren.

En el cuadro sevillista, sin los lesionados Escudero y Amadou, Pablo Machín sacó un once habitual, incluido el lateral brasileño Arana, al desestimar a Aleix Vidal a pierna cambiada, con Sarabia, el luso André Silva y el argentino Franco Vázquez de trío ofensivo.

El betis intentó mandar, sin hacerlo con claridad, por eso tuvo que aguardar al minuto 80, cuando Joaquín, que había salido poco antes por Carvalho, cabeceó un gran centro del argelino Mandi y hacer el 1-0 en su debut en esta Liga.