El Barcelona superó ayer al PSV Eindhoven (4-0) en el Camp Nou para abrir de la mejor manera esta Liga de Campeones que es un reto casi personal para un Leo Messi autor de un hat-trick y artífice del triunfo, ante un conjunto holandés que plantó cara pero que fue incapaz de superar a una, este vez, acertada defensa blaugrana.

Sí marcó el PSV con el partido ya decidido y con el marcador final, pero el gol de Hirving Lozano, quien en la previa casi que pidió poder fichar por el Barça, fue bien anulado. En cambio, los tres tantos de Leo Messi y el de un atrevido y confiado Ousmane Dembélé sí subieron al marcador para dejar al equipo de Valverde como primer líder del grupo de la muerte.

Messi abrió el marcador en el minuto 32 de una falta directa marca de la casa. Con Lozano medio arrodillado por detrás de la barrera, evitando un posible tiro raso, el argentino hizo inútil ese artilugio enviando a la escuadra un balón imparable. Tampoco pudo hacer nada Zoet en el segundo gol del argentino, una volea de primeras con su pierna izquierda a pase de Rakitic.

Buena apertura en la Liga de Campeones para los blaugranas, que tuvieron que sufrir en determinados momentos. Dominando el balón, siendo incisivos y sin querer aguantar un peligroso 1-0 en el marcador, sino yendo a por más, con buen gol de Dembélé iniciado con un reverso en la medular antes de arrancar y matar, logró el Barça ganar y con holgura al equipo de su exjugador Mark van Bommel.

El gran peligro del PSV, vigente campeón holandés, parecían ser las contras y la velocidad del joven y talentoso Bergwijn y así fue. Pero esta vez la defensa no hizo aguas.