Fueron muchos años persiguiendo la meta de alcanzar la Liga Femenina 2. Y el sábado el Maristas cumplirá su sueño. El reto es enorme porque el nivel competitivo no tendrá nada que ver con lo que estaba acostumbrado hasta el momento. Todo será más y mejor. Y ante eso solo hay dos cosas que valgan: mucho trabajo e ilusión a raudales. "Yo creo que la ilusión tiene que ser el motor que nos guíe este año", dice Rubén Vázquez, entrenador del conjunto colegial que debutará el sábado en Avilés contra el Inmobiliaria Víctor Antuña. Por delante, 26 partidos, 26 finales con el único objetivo de la permanencia, aunque sin ponerse límites porque "eso sería de perdedores". Ya saben lo que es ganar a un equipo de la segunda categoría nacional porque se impusieron al Arxil en la Copa Galicia. Un aviso para las demás pero sobre todo para ellas mismas. "Nos dimos cuenta de que si hacemos las cosas bien, podemos competir, pero tampoco podemos vivir del pasado y hay que demostrarlo en el día a día", resume el técnico.

Vázquez es exigente porque es consciente del enorme reto que tienen por delante. La pretemporada supuso un adelanto. "Comprobamos el nivel físico que exige esta liga", analiza. "Tenemos que ser conscientes de que hay que usar más el cuerpo, buscar el contacto, ser más rápidas, con más velocidad de pase...", enumera. Una adaptación táctica en la que el Maristas todavía está en proceso y por eso su entrenador no quiere hablar todavía de los rivales. "De momento tenemos que centrarnos en nosotras mismas. Cuando tengamos cogido lo nuestro, ya miraremos un poco más al rival", expone. Aunque también reconoce que tienen pocas referencias: "Lo que sabemos es que es un equipo fuerte y que se ha reforzado muy bien. Será complicado pero intentaremos competir".

El Maristas, por su parte, mantuvo prácticamente el mismo bloque de la temporada pasada, el que se quedó a las puertas del ascenso en la pista, aunque después el club logró subir de categoría en los despachos. Las incorporaciones son las de las jugadoras internacionales Claudia Aponte, de Uruguay, y Anissa Pounds, de Finlandia. También recuperó a Xiana Fernández y Paula Rey, que estudian en Santiago pero se desplazarán todos los días a A Coruña para entrenar. Pero perdió a Blanca Manivesa -"muy a su pesar se fue a Canarias con una beca Séneca que ya tenía pedida", bromea Vázquez- y tampoco podrá contar con Laura Cervelo a partir de febrero, porque se va de Erasmus a Rumanía. Por esas fechas, en cambio, se espera poder recuperar a Marina Feijoo y Eugenia Filgueira, que en verano fueron operadas de las rodillas.

"Ojalá que todo salga bien", sentencia Vázquez. Le hubiese gustado tener más tiempo para prepararlo todo, más entrenamientos, más partidos. Han ido probando cosas, con los resultados de dos derrotas, contra Cortegada y Celta, y una victoria frente al Arxil. Tocará un año de mucho sufrimiento, pero sin duda el más ilusionante de todos y el que nadie se quiere perder. "Llevamos mucho tiempo esperando esto y obviamente queremos disfrutar, pero también competir", concluye.