El Barcelona empató ayer en su visita al Inter de Milán, todavía sin el argentino Leo Messi, y se aseguró un billete para los octavos de final de la Liga de Campeones con dos jornadas de antelación.

Con Messi en la grada para no arriesgar con su lesión, el Barcelona dominó el partido de Milán y saboreó el triunfo gracias al primer gol oficial con la camiseta azulgrana del brasileño Malcom, en el 83, antes de que apareciera el argentino Mauro Icardi.

El Barcelona tomó el mando de la posesión desde el comienzo y obligó al Inter a encerrarse en su mitad de campo y a correr mucho. Una clave táctica ya vista en el choque del Camp Nou y que los milaneses no consiguieron contrarrestar.

El juego a dos toques de Sergi Busquets y del croata Ivan Rakitic hacía daño al conjunto local en el centro del campo y abría el camino para que Dembelé, Suárez y Coutinho asustaran repetidamente al meta esloveno Samir Handanovic.

Pero el marcador no se movió hasta que Valverde dio paso en el 81 a Malcom por Dembelé y el joven brasileño tardó 120 segundos para adelantar al Barcelona. Recibió una asistencia de su compatriota Coutinho, controló el balón en el área y definió con la pierna izquierda. La alegría azulgrana solo duró cuatro minutos hasta el empate de Icardi en el 87.