¿Cuántas cosas pueden pasar en dos minutos de un partido de hockey sobre patines? Dos goles, dos azules, dos penaltis, dos palos... y una derrota. Del Liceoen Lleida. Y que solo se puede explicar describiendo ese final de partido. Los verdiblancos perdían y lograron empatar a cuatro justo cuando faltaban poco más de 120 segundos. Pero estos dieron mucho de sí. El conjunto local avisó con un palo y después metió gol, anulado por los árbitros, que no obstante mostraron cartulina azul a Eduard Lamas y pitaron penalti. La jugada no tuvo consecuencias inmediatas, pero apenas unos segundos después, otra vez igual. Gol anulado, azul a Sergi Miras, penalti. Por más que Malián fuera un muro, los coruñeses, con uno menos, encajaron el quinto a diez segundos para el final. Cinco goles. Dos en inferioridad, uno de falta directa. Una penalización enorme para un Liceo que se queda a seis puntos del Barcelona y con la obligación de defender la segunda posición frente al Reus, que le iguala a 28 puntos y el domingo visitará A Coruña.
El equipo de Juan Copa supo aguantar los primeros minutos en los que el Lleida, apoyado en su condición de local, se acercó con más peligro a la portería. Tuvo hasta tres contras e incluso un penalti para haberse adelantado. Todas estas ocasiones acabaron igual, en Xavi Malián. También la bola parada, en la que el meta verdiblanco paró tanto el lanzamiento de Andreu Tomàs como el posterior rechace. En la jugada siguiente, Marc Coy, con un chut de los suyos, de esos que son potencia pura, hizo el 0-1. El Liceo tenía que haber aprovechado ese momento, porque los locales se quedaron tocados. Pero les concedió la oportunidad de rehacerse. Y el equipo ilerdense es muy peligroso por la calidad de sus jugadores. Primero Andreu Tomás con un disparo de falta y después Roberto di Benedetto, con otro misil dieron la vuelta al marcador. Remontada que se veía venir.
Los verdiblancos se vieron obligados a reaccionar. Marc Coy se estrelló contra el palo y ya cuando solo quedaban 28 segundos para el descanso, César Candanedo vio una doble azul (una por la falta y otra por protestar). No sirvió para que Carlo di Benedetto empatara con una falta directa. Tras el descanso, el Liceo todavía tenía tres minutos y medio en superioridad numérica. El Lleida, que veía fresco del parón y con las instrucciones muy claras, aguantó. Tampoco es que los coruñeses se lo pusieran muy difícil. Faltaron velocidad y recursos, demasiado dependientes del disparo de Marc Coy. No había chispa. En uno de esos días que se atraviesan, a veces lo que es necesario no es fuerza, sino maña. Eso hizo Josep Lamas para empatar en una contra en la que los locales estaban completamente descolocado. Pero a la buena acción le siguió una mala. El capitán vio azul y aunque Maxi Oruste falló la directa, en superioridad el Lleida sí que no perdonó por medio del propio Oruste. Para más saña, otra azul a David Torres. Roberto di Benedetto anotó la directa. 4-2. Otra vez por detrás y por partida doble.
Al Liceo le pesó el cansancio de su tercer partido en una semana. Le faltó frescura, de ideas y en los músculos. Xavi Malián salvó dos manos a mano, uno a Candanedo y otro a Jordi Creus. El partido entró en una fase completamente loca y por muy mal que estuvieran los de Juan Copa, rendirse nunca es una opción. Carlo di Benedetto anotó el 4-3. Faltaban cinco minutos. A dos, una jugada polémica encendió todo. Los locales acusaron a Eduard Lamas de golpear a Roberto di Benedetto. Los árbitros no pitaron nada y poco después, el francés del Liceo marcó el 4-4. Por poco que quedara, la cosa no quedó ahí. El Lleida marcó, pero los árbitros anularon el gol, sacaron azul a Eduard Lamas al considerar que había movido la portería y pitaron penalti. Lo falló Maxi Oruste. Sin tiempo para reaccionar, otra vez lo mismo. Gol que se anula, azul a Sergi Miras y penalti. Solo quedaban 59 segundos. También Malián paró la bola parada, a Candanedo, y cuando parecía que los coruñeses podrían por lo menos rascar un punto, gol de Joan Cañellas a falta de diez segundos después de que la bola diera en el poste. Un gran palo.