"¡Siempre negativo, nunca positivo!", se enfadó Louis van Gaal en una rueda de prensa cuando era el entrenador del Barcelona. Su grito se volvió viral en una época en la que todavía no existían las redes sociales. Gustavo Aranzana tira de esa célebre frase, pero al revés, tras las tres derrotas seguidas del Leyma que volvieron a hacer saltas las alarmas. El técnico, que se confiesa "agobiado y preocupado" por el elevado número de problemas a los que está teniendo que hacer frente el equipo a lo largo de lo que va de temporada, evita la palabra crisis, no quiere ni oír hablar de las nueve derrotas consecutivas de la primera vuelta y se centra en lo bueno. Porque con otras cinco victorias seguidas, los naranjas se volverán a acercar al play off de ascenso. Ganar es la única opción posible para el partido del viernes en el Palacio de los Deportes de Riazor (21.00 horas), para el que el club volvió a poner en marcha la iniciativa de invitaciones con el fin de repetir el buen ambiente de hace unas semanas contra Araberri. "Los jugadores lo agradecieron un montón y en ese partido todo salió bien, así que es muy bueno y bonito", señala.

Y es que Aranzana no se deja vencer por el victimismo. "Perdimos tres partidos y ahora parece que no podemos perder. No pasa nada. Dos fueron fuera de casa ante rivales fuertes y otro en nuestra casa ante el líder y al que le forzamos la prórroga", analiza el entrenador. No obstante, sí que se queja de la mala suerte del equipo, sobre todo en forma de lesiones, que no le están dejando trabajar al ritmo que a él le gustaría. "Contra eso solo tengo el derecho a pataleta", se queja. Larry Abia es el único en la enfermería de la que recientemente salieron Braxton Ogbueze y Carlos Martínez, pero Quinton Douglas y Zach Monaghan, aunque con el alta para los partidos, no entrenan durante la semana. "Está siendo duro. A veces piensas: 'Madre mía, cuando no es uno, es otro'. Es que no podemos completar una semana buena. Pero no vale llorar. El viernes, estemos los que estemos, hay que ganar", sentencia.

Una derrota sería la cuarta seguida y empezarían a merodear viejos fantasmas. "No son las mismas sensaciones que al principio de temporada. Las circunstancias entonces eran otras", tranquiliza Aranzana, que insiste en el que "el equipo está bien". "Solo que me gustaría que estuviera mejor, llegar al partido con todos los jugadores y todas las estrategias. Ahora estamos yendo a la guerra sin armamento", añade. Para el entrenador del Leyma lo importante es ser positivos. "Nunca pienso en perder, solo en ganar. Como no pienso en las nueve derrotas seguidas y sí en las cinco victorias. Lo que quiero fomentar es eso", reflexiona. Según el técnico, lo malo te ayuda a crecer, pero lo bueno te hace feliz. "Y yo quiero ser feliz", apunta, "así que pienso que el viernes vamos a ganar y a iniciar una racha de cinco o seis triunfos para que dentro de un mes estemos otra vez pensando que tenemos ahí el play off". Quedan 14 partidos y promete que irán "a muerte" a por el objetivo.