Medalla se escribe con eme de mujeres. Por lo menos en el CAS Sada. Fernando Míguez preside el club de atletismo. El resto lo ponen ellas, con la entrenadora Luisa Armesto a la cabezaLuisa Armesto . Lo demostraron en el Campeonato de España máster en Ourense, situando a su equipo entre los ocho mejores del país de un total de 144, sobre todo tras una exhibición en los relevos. Doce de ellas en el podio. La categoría femenina aportó veinte de las veintiuna preseas obtenidas -solo se coló Míguez en la lista de premiados con un bronce en triple salto en M45-. Son Pilar Marquiz, Miriam Ripoll, Karina Callón, Rosa Sierra, Helen Sanderson, Esther Martínez, Elena Sánchez, Eva Baviano, Noelia Papín, Raquel Armesto, Montse Fernández, Lina García, Inés Papín y Nieves Vázquez. Unas atletas que rompen barreras y estereotipos. Ya hace tiempo que está superado el prejuicio de que las mujeres no pueden hacer deporte. También el de que la edad, o la maternidad, suponen un límite. Lo demuestran en cada competición. Pisan fuerte y no se pararán ante nada.

"Yo sé que hay gente que piensa que estoy un poco loca", dice entre risas Pilar Marquiz, la veterana y abanderada de los éxitos del CAS en Ourense con los oros en 400 y 800 y la plata en 1.500 metros en la categoría de más de 65 años y el título en el relevo F55 de 4x200, con récord de los campeonatos incluido junto a Esther Martínez, Elena Sierra y Miriam Ripoll. Destila energía y su caso es de estudio. Prácticamente no había hecho deporte -"gimnasia de mantenimiento cuando los niños eran pequeños"- hasta que su hijo Sergio le apuntó a su primera carrera en Santiago. Ya tenía más de 50. Diez después está completamente "enganchada" tras pasar por las populares, con un puesto 101 en Ponferrada cuando ya había soplado las 60 velas, y haber dado el paso a la pista, que le "apasiona". "Eso se lo debo a Luisa Armesto. Para mí ella es un Dios, el timón de esto, siempre al pie del cañón y que sabe sacar lo mejor de mí", dice.

El deporte se ha convertido en uno de los ejes de su vida. "Me siento más joven, me activa. Hago más cosas. Voy a la piscina. A aerodanza. Entreno. Compito. El cuerpo se activa", reflexiona, "debería ser obligatorio para todos". Hombres y mujeres en general y las de determinada edad en particular: "Creo que nos daba vergüenza lo de la edad, pero cada vez se ven más". Por eso no se pone límites. En Málaga asistió como espectadora al Campeonato del Mundo máster y le impactó ver a participantes de más de 90 años. "Había incluso uno de cien", recuerda. "Yo decía que mi meta era llegar a los 80 corriendo, pero ahora hasta donde pueda", replica. Viene de batir el récord gallego de 5 kilómetros y no esconde su edad. "Tengo 65 y cumplo 66 este año", explica Marquiz, abuela en su vida y también sobre la pista. "Me lo tomo con humor. Una vez en Bastiagueiro en una prueba les decía a los chavales que había ido porque pedían a una abuela", concluye.

No se quedan atrás sus compañeras, cuyo esfuerzo les está haciendo borrar de su mente todas las barreras. Miriam Ripoll fue plata en 800 y 1.500 en F55. Otra de las campeonas fue Rosa Sierra en 3.000 marcha (F55) con nuevo récord gallego y de los campeonatos. En pruebas individuales destacaron Karina Callón, bronce en 1.500 en F35 y Helen Sanderson, bronce en altura en F45. Los relevos aportaron los grandes momentos: el oro ya mencionado en F55 y plata tanto en F35, con Eva Babiano, Noelia Papín, Raquel Armesto y Karina Callón, como en F45 con Montse Fernández -que se hizo con un récord gallego en 60 vallas-, Lina García, Inés Papín y Nieves Vázquez.