Milán, secundada por Cortina d'Ampezzo y un ramillete de otras localidades alpinas, organizará en el año 2026 los Juegos Olímpicos de invierno, tras superar a la candidatura de Estocolmo-Åre por 47-34 en la votación llevada a cabo en Lausana (Suiza) por los miembros del COI. Será la tercera vez que la cita olímpica invernal se dispute en Italia, después de las ediciones de 1956, también en Cortina, y 2006 en Turín.

Los representantes de Milán hicieron ante el COI una presentación entusiasta, alejada de tecnicismos y con algunos toques de distinción, como una exposición en verso de los atractivos culturales, deportivos e históricos de su país.

El primer ministro italiano Giuseppe Conte estuvo al frente del equipo trasladado a Lausana, y el presidente de la República, Sergio Mattarella, envió un mensaje en vídeo.

Ambas ciudades llegaron a la votación en teórica igualdad, después de que la Comisión de Evaluación que las examinó señalase en los dos casos grandes virtudes, relacionadas con sus instalaciones y experiencia organizativa, pero también importantes desafíos derivados de la lejanía entre las instalaciones previstas para la competición.

Ante esa paridad, Milán se vio beneficiada por su notable peso en la asamblea olímpica, con influyentes miembros en activo como Franco Carraro, Ivo Ferriani o Giovanni Malagó, y otros jubilados pero presentes en el equipo, como Mario Pescante, Ottavio Cinquanta o Manuela Di Centa.

Además, en la asamblea olímpica había un cierto sentimiento de deuda con Italia desde que en 2016 las autoridades políticas retiraron a Roma su apoyo para organizar los Juegos de verano de 2024, pese al consenso de la comunidad deportiva y con el proyecto ya aceptado por el COI.

La elección de Milán-Cortina en lugar de Estocolmo-Åre ha sido recibida con "tristeza" y "decepción" por responsables de la candidatura sueca y deportistas de ese país. "Es muy triste. Creo de verdad que habría sido muy bueno para el deporte sueco que nos hubieran dado los Juegos", dijo al canal público SVT el ministro de Vivienda y Digitalización sueco, Peter Eriksson, presente en Lausana.

Las encuestas encargadas por el COI arrojaban un respaldo ciudadano muy superior en el caso de Milán que en el de Estocolmo.