Hubo una década en la que el fútbol playa era cosa de A Coruña, con una generación de jugadores que copaban la selección española que luchaba por todos los títulos en juego. El fato de todos ellos era Ramiro Amarelle, que ahora siembra la semilla en las nuevas generaciones. Y con éxito. La escuela que lleva su nombre, de hecho, se acaba de proclamar subcampeona de España cadete de fútbol playa en su primera participación y con un equipo muy joven. El bronce fue para otro conjunto coruñés, el Imperator Oar, con muchos niños también procedentes de la escuela.