El Barcelona empató ayer sin goles ante el Borussia Dortmund en su estreno en la fase de grupos de la Liga de Campeones, en un duelo más flojo de lo esperado y en el que el mejor fue, de largo, un Ter Stegen que salvó a los azulgrana con varias acciones clave, como el detener un penalti a Marco Reus.

El meta salvó el primer punto sumado por el Barça en este grupo que se abrió con una gran sorpresa, el empate del Inter de Milán en casa ante el Slavia de Praga. Pudo Messi, que volvió al equipo tras su lesión jugando la última media hora, romper el empate en una acción final aislada, pero la defensa alemana anuló su disparo.

Ter Stegen estuvo enorme en el uno contra uno, tapando cualquier hueco a un capitán del Borussia, Reus, que soñará con él. Le detuvo el penalti, le sacó dos mano a mano y anuló su peligro y el de Hazard, Sancho o Alcácer. Se reivindicó el alemán en su país, donde no es titular en la selección. Y, en la única ocasión rival que no desbarató, el trallazo de Julian Brandt se fue al larguero.

Por no ser un buen Barça, por no tener ocasiones claras, el equipo puede dar por bueno el punto. Tampoco estuvo el Dortmund para tirar cohetes, lejos de su mejor versión, pero sí fue superior a un Barça dormido, que no pudo coger las riendas del partido ni domar el balón. Estuvo de nuevo valiente Ernesto Valverde apostando por el joven Ansu Fati como titular. El extremo del juvenil debutó en la Liga de Campeones y se convierte en el jugador más joven en la historia del club en hacerlo, aunque esta vez no pudo poner en práctica su desparpajo, su regate ni su gol. El mal posicionamiento del equipo, el jugar prácticamente en campo contrario y el no poder jugar con el balón con comodidad no le ayudaron.