El ferrolano Javier Gómez Noya, único quíntuple campeón del mundo de la historia del triatlón, que hoy competirá en el Triatlón de Barcelona, comentó que su objetivo en los Juegos de Tokio, el año que viene, se centra en llegar "en el mejor momento", pero advierte que "no está obsesionado" con ganar el oro.

El gallego, que el año pasado se decantó por competir en pruebas de ironman, ha cambiado de estrategia en 2019 para volver a participar en triatlones de distancia olímpica y en el Mundial, en el que capturó el bronce, su undécimo podio en este campeonato.

"Desde que empecé el año pasado en el ironman sabía que también había la posibilidad de ir a los Juegos de Tokio, que es lo que me motiva ahora. Tenía claro que, posiblemente, es mi última oportunidad de ir a unos Juegos y me dije a mí mismo que lo quería intentar", indicó.

"Quería ver si este año me sentía competitivo en la distancia olímpica, he visto que es así y he decidido apostar por eso, pero con el chip puesto en centrarme otra vez en la larga distancia después de Tokio", informó.

Gómez Noya, asimismo cuádruple campeón de Europa, fue cuarto en Pekín 2008, plata en Londres 2012 y no pudo estar en Río 2016 por una lesión en el codo. Al ferrolano no le obsesiona pensar en el oro: "Más que pensar en si hago todo esto para lograr el oro en los Juegos, pienso en que lo que más me apetece es entrenar".

La hora de la verdad llegará el 27 de julio del año próximo en el parque marino de Odaiba, un circuito llano, algo técnico, aunque a él lo que le preocupa es la meteorología.

"Es lo que preocupa a todo el mundo, ya desde el agua, que en esa época está muy caliente. Saldrás de ella con una sensación desagradable y luego fuera de ella, el calor y humedad de Tokio en verano es muy alto", advierte. Hablar de favoritos en Tokio es "complicado", según Gómez Noya, como demuestran los pocos podios que se han repetido en las Series Mundiales.