Otra más y ya son cinco las victorias del Deportivo Liceo en este inicio de la OK Liga, lo que le mantiene al frente de la clasificación, empatado a puntos con el Igualada. Y ambos se verán las caras el sábado. Los verdiblancos en su tercer partido en seis días, con tres de viaje de por medio. Ayer dosificó fuerzas contra el Lleida, aunque terminó pidiendo la hora en un último minuto agónico. No había apenas sufrido en los 49 anteriores, en los que lo único que le faltó fue un poco más de acierto en ataque salvo en las dos acciones de Facu Bridge que sirvieron para ganar el encuentro. Lo suplieron los verdiblancos con una defensa férrea y con un Carles Grau que cada jornada hace olvidar a Xavi Malián. Suficiente para mantener la racha.

El Liceo salió a su ritmo habitual, es decir, a toda velocidad. En dos minutos ya le había dado tiempo a tener tres oportunidades. Una con una contra en la que Dava Torres no vio que venía por el centro, bien situado, Facu Bridge. Y a continuación, otra doble de Franco Platero delante del portero. Los verdiblancos buscaban continuamente los pases en el área. Se encontraron Maxi Oruste y Torres. El segundo palo era una amenaza constante. Y, sin embargo, el primer gol llegó en una acción polémica, Cayó en el medio de la pista Andreu Tomàs y en la contra, Bridge no perdonó ante el otro Tomàs, el portero Lluís. Doble castigo para el Lleida porque ante las continuas y airadas protestas de su capitán, los árbitros le mostraron la cartulina azul. En superioridad, el conjunto dirigido por Juan Copa lo hizo de vicio. Moviendo la bola con rapidez y precisión, Torres encontró a Bridge en el segundo palo para firmar su doblete en 17 segundos.

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El Deportivo Liceo derrota al Lleida (2-1)

En el otro área, Carles Grau, solitario, calentaba para no quedarse frío. Tuvo que activarse para una falta directa. En una jugada en el centro de la pista Oruste vio también azul. El portero, en un estado de forma excepcional en este inicio de temporada y uno de los grandes culpables de que el Liceo esté donde está, tapó todos los amagos de Oriol Vives con la sangre fría y tranquilidad que le caracterizan. Con uno menos, los locales no se dejaron intimidar. Con un Fabrizio Ciocale y un Marc Grau muy sueltos y activos en ataque, todavía pudieron hacer el tercero, incluso con un palo de Roberto di Benedetto. No se movió el marcador, en parte también por las buenas paradas de Tomàs, ayudado de nuevo por el palo en el inicio del segundo tiempo tras un espectacular trallazo del capitán verdiblanco. Protagonismo de los porteros, porque a continuación le tocó salir a escena a Grau cuando los árbitros señalaron penalti. Andreu Tomàs no pudo con él y esfumó un poco las opciones del Lleida de haberse metido en el partido ya que el Liceo no le estaba dando demasiadas concesiones.

A los verdiblancos les faltó, sin embargo, esa contundencia defensiva (incluso sin faltas, cometió la primera a los 35 minutos) en el ataque. Pero tampoco era necesario cebarse, el secreto de este partido también estaba en la repartir bien los esfuerzos. La sentencia pudo llegar con un gol de Bruno di Benedetto que fue anulado por patín. O con otro disparo potentísimo de Torres. Los últimos minutos los dos equipos tuvieron opciones, aunque los de casa lo hacían con cabeza, intentando no cometer errores que les metieran en problemas. Fue lo que pasó con Torres y una azul a 1:23 para el final. Giuliani intentó batir por alto a Grau y no lo consiguió, pero con uno más el Lleida logró lo imposible hasta entonces, con polémica porque los del Liceo protestaron que la bola entró empujada por el patín de Álex Joseph. No habían pasado apuros en todo el partido y tuvieron que jugar los últimos 50 segundos con la soga al cuello. Y una amenaza inesperada, la posible lesión de Roberto di Benedetto, que abandonó la pista con el pie descalzo y apoyado en dos personas.