El Barcelona doblegó al Celta en un partido en el que se produjo un nuevo rescate de Leo Messi a los suyos cuando los gallegos apretaban, con dos goles de falta y otro de penalti.

Ernesto Valverde volvió a hacer cambios en su once, en la composición de un centro del campo con Sergi Roberto, De Jong y Arthur, además de rotar en defensa con Umtiti y Junior y poner arriba a Ansu Fati. Un Barça en busca de juego sufrió una vez más la falta de idea definida, con el añadido de una fuerte presión rival. Busquets, que entró desde el banquillo, terminó siendo vital.

El cuadro olívico, con el estreno de Òscar García en el banquillo, dio un paso al frente en su estilo para hacer dudar a su prestigioso rival. Le funcionó por momentos, hasta que Messi decidió meterse entre centrales y sacar a su equipo de la cueva.

El 10 lo hizo todo y con su guante del pie izquierdo dio una vez más paz y alegría al Camp Nou en un momento de dudas y conato de crisis.

Una vez más el Barça encontró los goles antes que el juego, pero el resultado era objetivo suficiente, después del empate a cero ante el Slavia Praga y la derrota la pasada jornada ante el Levante.