Al ritmo del We will rock you de Queen entraron los jugadores del Deportivo Liceo en el pabellón de su colegio. Allí son lo más parecido a unas estrellas del rock, los ídolos de unos niños que se volcaron con la visita del equipo de hockey sobre patines, que a su vez cogió aliento e impulso antes de uno de los partidos clave de la temporada, la visita el domingo al Palau Blaugrana para enfrentarse al Barça. Los cerca de 500 pequeños que poblaron la grada bailaron, corearon sus nombres, animaron a los suyos e incluso les pidieron que les dedicaran un gol contra los azulgrana. Los diez miembros de la plantilla se sometieron al interrogatorio de un grupo representativo del resto del alumnado, que incluso metió a alguno en un aprieto con sus proposiciones. Finalmente, hubo chiste de Fabrizio Ciocale y hubo canción de Bruno di Benedetto, que aunque se lo pensó, terminó por entonar el Alleluia. El portero Martín Rodríguez, que estudió en el Liceo La Paz, entregó a los directores una camiseta firmada por todos y juntos terminaron el acto con una foto de familia entre gritos de "¡Liceo, Liceo!" y al son del We are the champions „Queen también para cerrar„. Una mañana inolvidable y una buena dosis de energía.

La ilusión se podía leer en la cara de los niños, que por clases y cursos iban apareciendo por el pabellón, sentándose ordenadamente, pero sin quitar la vista de la puerta por la que tenían que aparecer los jugadores verdiblancos. Cada vez que se abría aplaudían, daba igual quien fuera el que la atravesara, como fue el caso de uno de los delegados del equipo, Carlos López, que se llevó la ovación de la grada. Tras unos minutos de espera hicieron acto de aparición las estrellas, que posaron en el centro de la pista, cada uno delante del póster gigante con su imagen. Acostumbrados al trato con la prensa, los deportistas tuvieron que afrontar las preguntas de los más pequeños, interesados por su alimentación, el por qué de que lleven guantes o de la postura de los porteros, si habían tenido otros trabajos „contestó el farmacéutico Carles Grau„ o practicado otros deportes, quién era el pichichi del equipo „Marc Grau„ y cómo celebraban los goles, a qué años se habían subido a los patines por primera vez, cómo elegían los sticks, con clase de Roberto di Benedetto, cuántas copas habían ganado y por qué habían elegido el hockey sobre patines.

Incluso quisieron saber por qué era especial al Liceo, a lo que el capitán David Torres contestó acordándose de su pasado en un colegio en el que iba de "blanco y azul" pero admitiendo que "el Liceo era el club más chulo del mundo porque representa a A Coruña y luchamos contra todos". Una de las preguntas más aplaudidas fue sobre qué pensaban de que las chicas practicasen hockey, a lo que le tocó responder al argentino Facundo Bridge, que dijo que le parecía una gran idea porque cualquiera podía practicar este deporte. Uno a uno se fueron pasando el micrófono, desde Franco Platero a Maxi Oruste, para satisfacer la curiosidad sin límites de los niños, que se tenían guardada una última sorpresa. "¡Bruno canta!", le pidieron a coro dos de ellas. Todo el público les siguió el juego: "¡Que cante, que cante"! Así que al francés, cuyo gusto y dotes musicales ya se han hecho célebres, tuvo que contentar a su afición.

El que no para es el ritmo de la competición. Hoy los verdiblancos afrontarán su último entrenamiento antes de viajar mañana a Barcelona. Será su tercer partido en ocho días, los tres fuera de casa, en un fin de año cuesta arriba. De momento, el conjunto dirigido por Juan Copa lleva pleno ya que se impuso en Francia al Saint Omer en la tercera jornada de la Liga Europea, lo que le hizo dar un paso importante hacia cuartos de final; y también ganó después en Reus en el que suponía el último encuentro de la primera vuelta. El equipo coruñés es colíder junto al Barcelona, los dos con doce victorias y una derrota. El duelo entre ambos con el que se inicia la segunda vuelta lo es también por el liderato. Es tan importante que en la entidad culé decidieron hacer día de puertas abiertas con entrada gratuita para todo aquel que quiera asistir al encuentro. Con él se pondrá fin a la triple ascensión previa a la Navidad y también al 2019 del Liceo, que ya regresará en 2020, el 4 de enero, para recibir en el Palacio de los Deportes de Riazor al Noia.