El Barcelona cedió ayer un empate (2-2) en la exigente salida a Vigo a pesar de dos grandes goles de Luis Suárez, que recuperó su olfato y acierto sin evitar la frustración azulgrana por el tanto final de Aspas.

Dos goles del uruguayo y dos asistencias de Messi, a quien se le resiste el gol 700 de su carrera pero sigue siendo vital en el Barça, parecían bastar a los de Quique Setién. El partido estuvo abierto, en intercambio de ocasiones, muy ofensivo y con más de media liga en juego para los azulgrana.

En el minuto 88 una falta directa de Aspas supuso el empate y Nolito, a la contra en la última jugada, pudo dar incluso la victoria a los locales. Con el punto, el Barça suma 69, por los 68 de un Madrid que juega hoy contra el Espanyol con más moral si cabe en su buena racha de resultados tras el parón.

El Celta, aún pendiente de lograr la permanencia, no estaba tan exigido tras sus dos últimas victorias, pero siguió con esa buena línea y tuvo contra las cuerdas a un Barça con Riqui y Ansu de titulares. Setién apostó por los jóvenes, sentando de nuevo a Griezmann y Arthur.