El Compañía de María mantiene en la temporada 2020-21 la esencia y filosofía que el año pasado le llevaron a ser la revelación de la OK Plata en su primer año en la categoría. Ahora el listón está muy alto y las dificultades son mayores. Viajes a Cataluña largos y pesados y partidos en casa que no son en su patio particular. Además de haber perdido a su goleador, el portugués Nuno Paiva. El fin de semana, en el debut, los coruñeses perdieron en la pista del Capellades (3-2), un resultado que tratarán de enderezar el sábado en el derbi contra el Liceo (Elviña, 19,00 horas)

"Al margen de todo esto, estamos con la misma ilusión del año pasado", relativiza Alejandro Canosa. "Es verdad que nos salió redondo y lo disfrutamos un montón. Incluso si hubiéramos ganado en Oviedo unas semanas antes del parón... podríamos estar ahora incluso en la OK Liga", recuerda. Pero ese no es el objetivo: "Buscamos mantenernos y afianzarnos, que vengan los chavales fuertes y que aprovechen la oportunidad, porque esto es para ellos".

El técnico señala que estos, como Tomás Villares y Santi Miguélez, tienen que ir ganando peso en el equipo apoyados por los veteranos -Diego Lago, Hugo García, Álvaro Rodríguez y Javi Jurado-. En cuanto a los fichajes, llegaron Pelayo Aspra, "ya con experiencia", y Francisco Granadas, portugués "que aún en proceso de adaptación, tiene que darnos el gol que se nos fue".

El partido del sábado no salió bien. "Estábamos entrenando bien y las sensaciones eran buenas, pero no sé si fue el cansancio, la pista, los nervios... pero jugamos bastante mal, muy lejos de nuestro juego. Y aun así, tuvimos la última para empatar", saca como lectura positiva. Aquí entra uno de los hándicaps de la temporada, con viajes a Cataluña con escala en Madrid. El otro es no poder contar con la pista colegial, "muy particular". Elviña acogerá los partidos como local. El primero el sábado contra el Liceo. "Seguro que nos van a hacer correr", predice.