Duró poco la alegría por la vuelta del público al deporte. Después de que 3.000 aficionados acudieran el pasado domingo a Riazor para presenciar el debut del Deportivo en Segunda B contra el Salamanca y de que 300 pudieran asistir al Palacio de los Deportes de Riazor tanto a los dos compromisos ligueros del Liceo -Taradell y Mataró- como al de Copa Galicia del Leyma -frente al Breogán-, la situación epidemiológica ha obligado a dar marcha atrás. Desde anoche entraron en vigor en Galicia nuevas restricciones que afectan a los espectáculos deportivos, con una reducción severa de los aforos. Al aire libre, la asistencia estaba limitada a 1.000 y se rebaja a 150 y en recintos cerrados se pasa de 300 a 60, sin posibilidad, de momento, de ampliarla. Por lo menos durante las dos próximas semanas, los partidos se tendrán que jugar prácticamente a puerta cerrada.

El Dépor, que jugará el domingo a puerta cerrada en el estadio Verónica Boquete de Santiago, afronta sus dos próximos encuentros fuera de casa. Su próximo partido como local no será hasta el 8 de noviembre, cuando recibirá al Coruxo, por lo que, en principio, no le afectarán estas nuevas restricciones, aunque siempre que la incidencia de la pandemia mejore en los próximos quince días. El Leyma Coruña sí es uno de los principales afectados porque se encontraba en pleno proceso de venta de entradas, sobre 300, para el duelo de este mismo sábado en el Palacio de los Deportes de Riazor contra el Valladolid con el que iba a estrenar la temporada en la LEB Oro.

Ya el martes el club naranja paralizó la venta y ayer informó de que finalmente el encuentro será a puerta cerrada ya que entre los miembros de los dos equipos (jugadores, cuadros técnicos y directivos), prensa y trabajadores del club ya se cubren esas 60 plazas. Los aficionados que ya habían comprado su entrada podrán solicitar la devolución de la misma y esta será abonada de vuelta de forma íntegra. Como las restricciones durarán al menos dos semanas, el partido de la próxima jornada, que los naranjas también tienen que disputar en su feudo contra el Breogán, previsiblemente tendrá que ser sin público. Un derbi cerrado a cal y canto.

Salvo Dépor, Liceo y Leyma, que juegan en los recintos de la ciudad con mayor capacidad, la mayoría de los equipos ya estaban jugando prácticamente a puerta cerrada. En muchos de los pabellones, con aforos reducidos en algunos casos a 30 espectadores, no compensaba abrir las puertas más que a familiares y amigos de los jugadores. El Liceo y el Leyma acogieron a 300, aunque en el protocolo presentado a Sanidade habían solicitado aumentarlo dado que el aforo del Palacio de los Deportes de Riazor es de 4.500. Con solo 60 plazas disponibles, el club de hockey sobre patines confirmó ayer que se plantea jugar sin público su próximo encuentro en casa, que será contra el Palafrugell dentro de una semana. En el caso del Deportivo, 150 butacas son totalmente insuficientes para los más de 20.000 abonados con los que cuenta el equipo, que pidió a Sanidade un aforo de 5.000 y esta solo le permitió 3.000 por la dificultad de controlar los aforos.