Llegó antes que Mandi al balón, convertido en un veloz delantero centro, anticipándose incluso a Bartra. Y Ansu Fati provocó el penalti, que luego falló Griezmann. Pero la rodilla izquierda, traicionera ella, se le quedó atrás de mala manera, por lo que comenzó a gritar sobre el césped del Camp Nou. Era el minuto 31 cuando el delantero chillaba en el desértico estadio, agarrando esa dolorida rodilla. No sabía entonces que se había roto. Ni Ansu, ni tampoco Koeman, quien ordenó calentar a Braithwaite. No salió el danés porque el joven completó los primeros 45 minutos. Luego, Ansu Fati ya se quedó en el vestuario.

Todavía no era consciente de la gravedad de la lesión. Tuvo que ser sometido a una serie de pruebas médicas donde ya se confirmó que padece "una rotura en el menisco interno de la rodilla izquierda". El club, en un escueto comunicado médico, no informó del tiempo de baja que deberá estar, pendiente "del tratamiento a seguir". Se tiene que confirmar si es rotura parcial (mes o mes y medio de baja) o rotura total del menisco, que oscilaría entre tres y cinco meses.

A la espera, además, de la vía que tomen los médicos del Barça para solucionar esa grave lesión en la rodilla izquierda. Por la edad del jugador, acaba de cumplir 18 años, lo recomendable es suturar el menisco, pero eso alargaría el período de baja. Aunque garantiza, eso sí, no extirparle el menisco, algo fundamental en el inicio de su carrera deportiva.

Todo dependerá de la decisión que tomen los médicos, que suelen consultar este tipo de lesiones con Ramon Cugat, el especialista que operó, por ejemplo, a Ter Stegen del tendón rotuliano de la rodilla derecha el pasado mes de agosto, que le ha tenido tres meses de baja. Ansu tiene roto el menisco interno, aunque el club no ha precisado aún si es forma total. De ahí que el Barça tampoco haya anunciado un paso inmediato por el quirófano, a la espera de evaluar otra opiniones médicas. La prodigiosa irrupción de Ansu queda frenada por esta grave lesión. Se había convertido en un jugador esencial para Koeman, quien ayer lo utilizó como delantero centro, situando a Griezmann a su espalda. El impacto en el equipo no solo se mide del joven por sus grandes cifras (cinco goles, dos asistencias y tres penaltis provocados en los 10 primeros encuentros de la temporada) sino por su polivalencia ofensiva. Ha jugado Ansu en tres de las cuatro posiciones (extremo zurdo, extremo diestro y nueve). Ahora, Koeman pierde a una de sus mayores amenazas en ataque. Ya pedía en verano, y con razón, un delantero centro. Ahora insistirá más en Depay.