¿Cómo le tocó vivir el confinamiento y la pandemia?

A nosotros nos pilló en Madrid y tanto el CAR como la residencia los cerraron, así que me volví a casa. El primer mes me lo pasé haciendo deporte, pero más de mantenerme físicamente como pilates o entrenamiento funcional con mi hermana. Después, como vivimos en una casa con campo, mi padre tenía un sitio donde guardaba el coche y lo utilicé para montarme allí un gimnasio. Mi padre niveló el suelo, compramos tarima y pesas. El segundo mes ya estaba levantando pesas. La verdad es que no estuve quieta. Me fijé llevar una rutina de entrenamiento y estudio. El fin de semana descansaba más. Lo llevé muy bien y lo aproveché porque al vivir fuera tuve tiempo para estar con mi familia. Y además pude seguir entrenando para después no tener que empezar desde cero.

¿Le sirvió ese tiempo para ponerse al día con los estudios?

A mí la pandemia me está salvando la carrera de Fisioterapia. Durante el confinamiento pude estudiar, hacer los exámenes online, más centrada en ellos que en entrenar, pude hacer trabajos... y ahora las clases online también me da la vida porque las puedo ver cuando pueda. Que no se me malinterprete, que termine ya esta pandemia, pero a mí en ese sentido me ha ayudado mucho. Llevo muchos años pero ya estoy en cuarto, veo la luz y espero terminar este curso. Para mí lo primordial siempre fue el deporte y adaptaré la carrera a mis entrenamientos. He ido muy poco a poco.

¿Cómo se explica el éxito de la halterofilia en A Coruña?

Ferenc hace una gran captación en los institutos. Así me captó a mí. Y después los chicos van al gimnasio, ven que hay muy buen ambiente con otros chicos de su edad y ya se quedan.