Faltas y protestas, tarjetas azules, un partido feo y brusco donde los haya, pero el Deportivo Liceo sacó ayer adelante su enfrentamiento contra el Noia sin brillo, pero con eficacia. Sobre todo la que tuvo Jordi Adroher en los tres minutos finales para marcar dos directas que permitieron a los verdiblancos respirar con tranquilidad ya que los locales apretaban en busca del empate. Prueba de fuego superada, que es lo importante. Noveno triunfo en otros tantos encuentros. Y el conjunto de Juan Copa durmió anoche como líder con cinco puntos de ventaja con el Barça. Son hoy los azulgrana los que saltarán a la pista del Lleida con toda la presión. No pueden fallar más. Porque el Liceo todavía tiene una bala extra por el partido aplazado frente al Palafrugell, que jugará el próximo 8 de diciembre.

El guión del comienzo de la temporada, pese a todas las complicaciones surgidas y que van sobreviniendo, es inmejorable. Y con una gran virtud. Se adapta a las circunstancias, a lo que pide el rival, el partido y el escenario. El de ayer era desconocido, pues por obras en el Ateneu Agrícola, el habitual de los de Sant Sadurní, se tuvieron que desplazar hasta el de Torrelavit. Nunca habían jugado allí los verdiblancos, pero resolvieron la papeleta con paciencia, las paradas de Carles Grau y gracias al talento individual de su plantilla, que es muy amplio: David Torres, con dos goles en la primera parte, cada cual más espectacular, y Jordi Adroher, con sus directas marca de la casa.

Ambos equipos se intercambiaron los golpes en los minutos iniciales, tanteándose. Y fue el Liceo el que marcó primero en una contra en la que Adroher encontró al capitán verdiblanco y este supo encontrar el hueco ante Xus Fernández. Roberto di Benedetto, que regresaba tras una lesión de espalda que le había impedido jugar los últimos encuentros, tuvo varias ocasiones para anotar el segundos con sus disparos, pero también el Noia avisó, con otro de Adriá Ballart.

En el minuto 16 llegó la décima falta del Liceo. Una prueba de que el partido era bronco. De hecho, hay encuentro en que los coruñeses no llegan a las diez en los 50 minutos de juego. El Noia confió para la directa en Roc Pujadas, pero este no pudo con Carles Grau, el portero menos goleado de la categoría. También los locales llegaron a la décima. Adroher desaprovechó la directa justo antes de que Torres ampliara el marcador para el 2-0 para el paso por vestuarios.

El encuentro fue más tenso en la segunda parte, con una nueva ronda de bola parada. Erró Adroher una directa (por azul a Manrubia). También Ferrer y Manrubia las suyas (por la decimoquinta y azul a Oruste). Ya en la recta final Adriá Ballart recortó y encaminó el duelo a unos 5 minutos finales de infarto. Hasta que el Noia cometió la decimoquinta y los árbitros le mostraron azul a Costa. Y apareció Adroher, que en los momentos decisivos, no falla.