La selección española de balonmano volverá a disputar, seis años después, las semifinales de un Campeonato del Mundo, tras asegurarse ayer su presencia en la lucha por las medallas del Mundial de Egipto al imponerse por 31-26 a Noruega en los cuartos de final. Una semifinales en las que el conjunto español, ganador de los dos últimos Europeos, se medirá mañana a Dinamarca, la vigente campeona mundial, que sólo pudo vencer en la tanda de penaltis a Egipto en un vibrante encuentro. Emoción que se encargó de evitar en el encuentro entre españoles y noruegos un sensacional Rodrigo Corrales, el portero gallego que cerró el choque con un total de veinte paradas.

Un extraordinario trabajo que permitió al guardameta español, pese a que de partida todas las miradas estaban puestas en el noruego Sander Sagosen, para muchos el mejor jugador del mundo, acaparar todos los focos desde el inicio del encuentro. El portero de los Hispanos no sólo emuló las tres paradas con las que arrancó la contienda el cancerbero noruego Torbjorn Bergerud, sino que las superó para contabilizar hasta cinco en los diez primeros minutos.

No lo desaprovechó el conjunto español, que no dudó en explotar desde el principio el juego con el pivote Rubén Marchán para situarse a los ocho minutos de juego con una renta de tres tantos en el marcador (6-3). Sin posibilidad de correr, el ataque noruego comenzó a atascarse ante la intensidad defensiva del equipo español, que poco a poco fue cerrando cada vez más y más cualquier camino hacia el gol a los jugadores noruegos.

La variedad ofensiva permitió a España marcharse al descanso con una renta de seis goles (21-15) en el marcador, que los de Jordi Ribera vieron peligrosamente decrecer (21-18) en el arranque de la segunda mitad, con los más de cinco minutos que el conjunto español estuvo sin marcar. Pero si España mostró dudas en ataque, quien no tuvo ninguna fue el portero cangués Rodrigo Corrales, que con seis paradas en los diez minutos iniciales del segundo período sostuvo al equipo español. El pilar que necesitaban los Hispanos para reconstruir su ventaja, que se estabilizó en los cuatro tantos (26-22) gracias a los goles de Rubén Marchán, que dejó claro que tiene futuro en el equipo español, y Alex Dujshebaev. Noruega tuvo que jugarse el todo por el todo en los diez minutos finales, pero se estrelló contra un muro hasta el definitivo 31-26 en el marcador.

Agónico pase de Dinamarca en los penaltis

La selección de Dinamarca, vigente campeona del mundo, logró la clasificación para las semifinales del Mundial de Egipto, en las que se enfrentará a España, al imponerse ayer por 4-3 a Egipto en la tanda de penaltis, en un choque que concluyó con empate 35-35 tras dos prórrogas. En la resolución definitiva surgió la imponente figura del portero danés Niklas Landin al detener dos de las cinco penas máximas lanzadas por los norteafricanos. En la rueda de lanzamientos de siete metros Dinamarca no pudo contar con su gran estrella, el lateral Mikkel Hansen, que vio la tarjeta roja en el último segundo de la primera prórroga. El jugador danés, en lugar de dejar el balón en el suelo, tal y como exige el reglamento, lanzó el balón cuando los colegiados croatas ya habían castigado con juego pasivo al equipo danés. Un error que no sólo le costó la tarjeta roja a Mikkel Hansen, sino que permitió a Egipto lanzar un penalti con el tiempo ya concluido, que Mohammad Sanad, no desaprovechó para forzar la segunda prórroga 34-34. El mismo fallo en el que incurrió Egipto, que ya en los instantes finales había desaprovechado una gran ocasión para llevarse el triunfo con la exclusión de Mohamed Mamdouh, en el final del segundo tiempo extra. Landin, que ya había efectuado hasta cuatro paradas en la segunda prorroga, detuvo los lanzamientos de Ahmed Elahmar y Ali Zein, posibilitando que Dinamarca se hiciera con la victoria y el billete para las semifinales con un último gol de Lasse Svan.