Después de los retrasos como consecuencia del coronavirus en 2020, esta semana, el primer grande del golf del año, el Masters de Augusta, regresa a su fecha tradicional de abril con calles firmes, greenes vertiginosos y sin claros favoritos entre los mejores, entre los que no estará Tiger Woods, ganador de cinco ediciones, convaleciente de su accidente.

Han transcurrido cinco meses desde la anterior edición, celebrada en noviembre en condiciones inusualmente blandas, cuando Dustin Johnson se enfundó su primera chaqueta verde con un récord histórico de 20 bajo el par.

En los días de práctica previos a la competición, los 88 jugadores que competirán a partir de hoy en esta 85ª edición han podido comprobar que Augusta no va a dar tregua ni siquiera a los grandes pegadores y volverán los avatares y las emociones que forman parte de su historia.

De hecho, el presidente de Augusta National recordó que tienen “la capacidad de adaptar el campo” y la esperanza de que no llegue el día en que el Masters tenga que jugarse con una distancia de más de siete kilómetros para defenderse de bombarderos como Bryson Dechambeau.

Ridley también señaló la notable ausencia de Tiger Woods, ganador de cinco chaquetas verdes, la última en 2019, que se recupera de una grave lesión como consecuencia de un accidente de tráfico en marzo. “Tiger es uno de los grandes competidores de la historia y forma parte del tejido de Augusta National”, comentó Ridley.

La presencia de todos y cada uno de los 50 mejores del ranking mundial, 18 ganadores de ediciones anteriores y tan solo seis debutantes ayudará a difuminar la falta de Woods y aumentar la rivalidad con unas condiciones en las que la mayoría tiene opciones de enfundarse la codiciada chaqueta verde.

La celebración en los días previos al Masters del segundo torneo femenino amateur de Augusta (Augusta National Women's Amateur) y de la competición infantil de drive, chip y putt, junto con la asistencia de un número reducido de patronos, como denominan cortesmente a los espectadores en Augusta, es un anuncio del esperado retorno a la normalidad después de la pandemia.

En esta semana del Masters se espera que jugadores y espectadores, aún con la mascarilla puesta y a dos metros de distancia, vuelvan a ilusionar a los seguidores mundiales.