Dicen los rivales de Marc Márquez (Honda), sexto ayer, en los primeros ensayos del Gran Premio de Portugal, a menos de medio segundo del italiano Pecco Bagnaia (Ducati), superando por más de un segundo a Valentino Rossi (15º, Yamaha), siendo la primera Honda por delante de su hermano Álex, Pol Espargaró y Takaaki Nakagami, después de nueve meses sin subirse a su moto de carreras, 265 sin competir al más alto nivel, tras tres operaciones en su brazo derecho (la última de ellas, en diciembre, de 11 horas de duración en el quirófano), que no se han llevado sorpresa alguna y que todos, todos, estaban convencidos, es más llevan meses diciéndolo, de que “cuando Marc vuelva, volverá para ganar”.

Veamos, la exhibición de Márquez tras nueve meses sin correr sí ha sorprendido al propio campeón. “Mi sonrisa, la de siempre, aunque algunos habrán querido ver una sonrisa de complicidad con mi equipo en el sentido de ‘vaya, qué bien voy’, no, no, mi sonrisa ha tenido un doble motivo a lo largo de los dos entrenamientos y las paradas que he hecho en mi box. Por un lado, le he comentado a Santi (Hernández, su ingeniero) que tenía la sensación de que la Honda MotoGP es más fácil de pilotar que la réplica con la que he entrenado; y la última sonrisa ha sido, simplemente, porque, en la última sesión, cuando he logrado mi mejor tiempo, en el último giro, con una salvada tremenda en la curva velocísima de acceso a meta, no creía que había hecho tan buen crono. Por eso sonreía, por eso, no busquen otras lecturas”.

Lo cierto es que el regreso de MM93 ha dejado boquiabierto a todo el mundo, aunque todo el mundo, dice, lo esperase. “Veamos, la velocidad está, la moto puede mejorar, pues he salido con la que usó Stefan Bradl en la última carrera aquí, yo me he encontrado bien al inicio y algo superado en la segunda sesión. Sigo pensando que todo lo bueno que venga, bienvenido sea. Pero aún no disfruto, no. He tenido momentos de apnea, ¡uf!, a altísima velocidad, en la frenada, al tumbar mucho, sustos. No ha sido fácil, no, pero sí lo que me esperaba. Es evidente que lo que no puedo hacer porque sería ponerme límites y no ser yo, aunque me falta mucho para serlo, es pensar que me voy a caer, que no debo forzar para evitar la caída. No, no, yo a lo mío y, en ese sentido, es evidente que este primer día ha sido estupendo”.

Lo que teme Márquez no es que toda la jauría de campeones aprieten hoy, sábado, de lo lindo y él note el cansancio. “Es normal. Mañana (por hoy), me levantaré con agujetas, pero forma parte del proceso. Me falta aún mucha fuerza para pilotar con el coraje que suelo hacerlo, apoyándome en la rueda delantera, cosa que aún no puedo pero he de tener paciencia”.

Acabemos con la opinión del gran Franco Morbidelli: “Lo de Marc es impresionante, simplemente ha demostrado de que pasta está hecho. Increíble”.