La selección italiana firmó el comienzo soñado en la Eurocopa gracias a su autoritario triunfo ante Turquía (0-3) en un partido disputado en el Olímpico de Roma, donde el combinado de Mancini presentó su condición de favorita al cetro continental con un fútbol arrollador.

Italia salió con hambre y pronto gozó de las mejores ocasiones. La Azzurra se desquitó de sus últimos traspiés en grandes torneos y aprovechó la ocasión a las mil maravillas. Turquía sólo aguantó en la primera parte, en la segunda estuvo a merced de la tetracampeona del mundo.

Italia ya suma 28 partidos invicta en lo que fue una magnífica carta de presentación. El fútbol entre líneas, la velocidad por las bandas y la conexión de los internacionales con la grada fue letal para los otomanos, que hincaron la rodilla sin presentar más resistencia.

Insigne estuvo cerca de abrir el marcador con un disparo desviado a los 20 minutos. Acto seguido apareció Chiellini para rematar con fuerza un córner. El gol se hizo de rogar pero fue al comienzo del segundo acto cuando Italia pudo ponerse por delante. Los de Mancini no necesitaron ni diez minutos para establecer el 0-1 en una jugada de Berardi que Demiral introdujo en su propia portería con el pecho. Immobile, en su afán por marcar, logró el segundo de la noche en un rechace tras una buena triangulación dentro del área. La jugada, iniciada por Barella, dejó claro que Italia se estaba gustando. Y el 0-3 definitivo fue obra de Insigne, que marcó en una acción muy parecida a la ocasión que dispuso en la primera parte. El jugador del Nápoles culminó una acción colectiva con un tiro ajustado. El gol sentenció el partido y confirmó la excelente puesta en escena de los italianos.