Las autoridades de Japón decidieron ayer permitir el acceso de público a los estadios de los Juegos Olímpicos de Tokio, una medida que va contra las recomendaciones de expertos médicos y a la que se dará marcha atrás si hay repunte de contagios.

La esperada decisión fue anunciada por los organizadores de Tokio 2020 tras una reunión con el Ejecutivo nipón, el Gobierno regional de la capital y los responsables de los comités olímpico y paralímpico internacionales, y después de someterla a consultas con especialistas sanitarios.

El anuncio llega el mismo día en el que se levanta el estado de emergencia sanitaria por coronavirus en Tokio y otras regiones del país, aunque se mantienen ciertas restricciones para prevenir contagios que afectan sobre todo a bares y restaurantes, y cuando queda poco más de un mes para la cita deportiva.

Las sedes de las competiciones olímpicas podrán contar con hasta el 50 por ciento de sus gradas llenas, siempre que el número de espectadores no supere las 10.000 personas, según la decisión anunciada hoy por los organizadores. Los organizadores, no obstante, se reservan la opción de “restringir más el número de espectadores” o incluso de celebrar los eventos a puerta cerrada si se produjese un rápido aumento del número de contagios en Tokio.