El Extremadura UD, que comparte grupo con el Deportivo en Primera RFEF, sigue vivo, aunque en situación crítica. El club salvó esta semana un auténtico match ball para evitar su prematura liquidación al aprobar provisionalmente el convenio de pago a acreedores que quedó formalizado tras la junta celebrada en el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Badajoz, paso obligatorio e inexorable para poderle dar una viabilidad al club a corto, medio y largo plazo. No obstante, ahora el problema es encontrar el dinero que pueda pagar de forma urgente a jugadores, técnicos y empleados. La plantilla jugará mañana (19.00 horas) en Badajoz, pero mantiene huelga convocada para la próxima semana si el dinero no llega.

El Extremadura necesitaba recabar el apoyo de, al menos, el 65% de los créditos de los acreedores a los que el club les adeuda dinero. Lo consiguió con un respaldo del 68%, una cifra suficiente después de horas de recuento, validación de votos y mucha tensión porque estaba en juego el futuro de la entidad.

Finalmente, la opción saliente ha sido la primera, que a su vez era la deseada por el Extremadura UD, es decir, el pago de la deuda completa a los acreedores en un plazo de 10 años, a contar desde diciembre de 2022 porque el convenio estipula un año de carencia.

Todo esto ocurre en la semana del derbi en el Nuevo Vivero, un partido del que apenas se habla en Almendralejo. Para la visita a Badajoz el entrenador, Manuel Mosquera, tiene las bajas de Emmanuel, Morcillo, Dani Pérez, Villacañas, Kike Márquez, Coris, Nico Hidalgo y la duda de Fran Cruz.