Rafael Nadal no podrá defender su título en Roma. El canadiense Dennis Shapovalov le eliminó en los octavos de final por 1-6, 7-5 y 6-2. Pero lo peor no fue la derrota sino los dolores en esa lesión crónica en el pie izquierdo que reaparecieron en el tercer set. El balear acabó el partido cojeando. Un duro golpe de cara al inicio de Roland Garros el próximo 22 de mayo.

“Es un dolor permanente, a veces más y a veces menos, pero lo de hoy —por ayer— fue una locura. Por mucha experiencia que tenga, es difícil gestionar lo que siento ahora”, decía el tenista mallorquín, minutos después de su derrota.

Nadal no ocultaba su preocupación. “Todo es muy difícil. Lo peor es que siento que vuelvo a tener buen nivel de juego, he sentido cosas muy positivas en el entrenamiento y la competición. No sé qué hacer ahora mismo, no sé si descansar o entrenar. Ir a Roland Garros sigue siendo mi objetivo”.

Nadal había empezado como un tiro. Con las ideas muy claras. No quería que se le complicara su partido. En 42 minutos se apuntó el primer set, cediendo solo un juego. Shapovalov siguió su táctica alocada en la segunda manga en la que mejoró su efectividad para adelantarse 3-0 y 4-1- El canadiense estaba lanzado, pero Nadal logró recupera el break que le hizo en el segundo juego (2-0) para empatar el marcador 4-4, aunque sufriendo con cada uno de sus servicios en los que tuvo que salvar alguna bola de rotura. No pudo evitar que, finalmente, Shapovalov le hiciera el break y forzara el tercer set, en el que Nadal ya no pudo seguir el ritmo.