El Girona logró anoche un meritorio ascenso a Primera ante un somnoliento Tenerife que, casi que en ninguna fase del encuentro, pudo contener la mayor ambición visitante, que venció por tres goles a uno en el campo de los tinerfeños.

Las dos únicas premisas válidas inicialmente para este trascendental encuentro, el empate para los locales y la victoria para los visitantes, se puso ya de manifiesto nada más echar a rodar el balón, con un Girona mucho más ambicioso que un inquieto rival. Al borde del descanso un lanzamiento de Juanpe lo desvío con la mano el defensor local Sergio González, jugada que acabó con el balón en el punto de penalti, y que Stuani se responsabilizó de su lanzamiento para firmar el 0-1.

Carlos Ruiz empató tras el descanso (m.59) al rematar a gol un centro de Alexandre desde la banda derecha. Pero todo experimentó de nuevo un radical vuelco cuando un centro de Alex Baena lo intentó despejar José León (m.68), pero el balón tomó la dirección de la red de Soriano y ante su desesperado intento de interceptar su trayectoria sólo pudo ver como finalmente entraba.

Arnau, en el minuto 80, aprovechó un despiste de la zaga local para rematar a gol en el segundo palo un centro desde la izquierda de Aleix García, tanto que no sólo sentenció a la hueste canaria (1-3) sino que, además, certificó el ascenso a la máxima categoría del cuadro gerundense.