24 de enero de 2022. La imagen con Egan Bernal caído en el suelo y la espera de una ambulancia da la vuelta al mundo. Las noticias que llegan desde Colombia no pueden ser más alarmantes. El ganador del Tour 2019 y el Giro 2021 se ha roto al menos 20 huesos, no está claro que quede parapléjico y hasta corre peligro su vida. La estrella del deporte colombiano se ha empotrado con la parte trasera de un autobús. Iba a 60 kilómetros por hora.

25 de enero. Comienza la lucha por la vida, la etapa más difícil de Bernal. Ese mismo día, el equipo médico que lo atiende es optimista en cuanto a que Bernal se salvará pero no queda claro si las lesiones le permitirán volver a correr. La prioridad es recuperarlo para la vida cotidiana. Ayer, el ciclista debutó en la Vuelta a Dinamarca: trabajó por el equipo, tiró del pelotón y, como era lógico, en los kilómetros finales se descolgó

28 de enero. Primer mensaje del ciclista. “Después de un 95% de haber quedado parapléjico y casi perder la vida quiero agradecer a Dios y a los especialistas por hacer lo imposible”. Y lo que parecía imposible se cumplió ayer. Ha vuelto.

Y lo hace, en Dinamarca rodeado por sus compañeros del Ineos, con Geraint Thomas a la cabeza. Hasta parece que solo han sido unas semanas porque enseguida se le ve al frente del pelotón como si su accidente hubiese sido una pesadilla. Y el cáncer de su madre que enturbió su recuperación. En febrero, Bernal lleva un mes de hospital cuando comienza la rehabilitación. Se habla de un año sin coger la bici. ¡Un año! Él está dispuesto a pulverizar esta previsión. Comienza la etapa de “ciclista en proceso”, tal como la define el 10 de marzo.

15 de marzo. Egan Bernal entra en política. Colombia no es diferente a otros países, los dos bandos diferenciados, derecha e izquierda, comienzan la pugna por la presidencia del país. El deportista más importante toma partido y sus comentarios en Twitter generan debate. “Es chistoso ver cómo algunas personas intentan que me aleje de la política y no de mi opinión como deportista”. El 27 de marzo es el “día más feliz” de su vida. Se sube de nuevo a la bici. Su pedaleo dista mucho de ser el de un ciclista profesional. Pero todo es empezar de nuevo. El 4 de abril supera la primera semana de entrenamiento. Ya rueda como un cicloturista avanzado y el 28 de abril realiza el primer viaje a Europa, a Mónaco, donde tiene fijada su residencia desde que abandonó Andorra, para continuar con la rehabilitación.

Junio es el mes que aprovecha para dejar la rehabilitación y entrar de lleno en los entrenamientos en bici. Empieza el Tour el 1 de julio y él viaja a Andorra para permanecer tres semanas en los Pirineos en una concentración en altitud que realiza el Ineos con parte de su plantilla para la Vuelta. Ya no se mueve de Europa. ¿Correrá la ronda española? preguntan los más optimistas. Su equipo, con acierto y lógica, lo considera una temeridad. Y ayer debutó de forma más suave con cinco etapas, en Dinamarca, sin Jonas Vingegaard pero con el futuro a sus pies. Bernal ha vuelto. Los milagros existen.