fútbol - Primera División

Plácido trámite con un Elche resignado

Dos goles de Benzema, uno de Modric y otro de Asensio dan el triunfo a los blancos

Caros Clerc y Ceballos, en un lance del juego. |  // MARISCAL/EFE

Caros Clerc y Ceballos, en un lance del juego. | // MARISCAL/EFE / fermín de la calle

fermín de la calle

El Real Madrid resolvió el partido más placentero de toda la temporada goleando a un resignado Elche que hace jornadas que está descendido, no matemáticamente pero sí por salir al campo con los brazos bajados. En el Bernabéu los de Machín fueron un alma en pena, sin intención ni idea de juego alguna.

A veces los partidos a priori más plácidos se indigestan y resultan pesados. Pero la debilidad defensiva de este Elche condenado al descenso por su indolencia en la medular y la defensa convirtió el encuentro en un trámite confortable para los de Ancelotti. De arranque Carletto tuvo que mirar al banquillo ante las bajas de Courtois, Kroos y Vinicius. Y lo resolvió con su naturalidad habitual, echando mano de Lunin, construyendo un mediocampo de meritorios con Ceballos, Camavinga y Valverde, y dando la titularidad a Asensio y Rodrygo con Benzema.

Ante la plaga de lesiones, el técnico ha conseguido implementar una rutina de rotaciones que involucra a 16 jugadores del equipo en los que cree. Y los jugadores entran y salen con naturalidad en el once y en las diferentes posiciones en las que se desempeñan. El partido ante el Elche fue cómodo porque los ilicitanos eran piezas de futbolín, bien colocadas, pero sin ninguna agresividad. Caían los minutos sin saber el color de la camiseta elegida por Lunin, que era un espectador en la fría noche madrileña. El Madrid merodeaba el área de Badía hasta que un centro desde la derecha del ataque fue rematado por Benzema y la pelota en el camino a portería tropezó con el brazo de un defensa. Un penalti tan claro como ingenuo y desafortunado. Certificaban el trámite los de Ancelotti, que paseaba por su área técnica disfrutando de una tranquilidad que hacía semanas que no tenía. Sobró el segundo asalto porque el Madrid salió a contemporizar y solo sus hombres de ataque aceleraron el juego. Carletto apostó por repartir el esfuerzo de sus hombres y realizó sustituciones en las que entraron hasta Mariano y Álvaro Odriozola. Modric coronó la goleada con un zapatazo que entró como un obús por la escuadra de Badía ante la euforia del Bernabéu.