RUGBY | MUNDIAL 2023

World Rugby da más dinero a los 'grandes' y compra el silencio de los 'pequeños' con un Mundial de 24

El Consejo Mundial funda una competición de las 12 mejores selecciones, de la que serán sus propietarias, y a los del Tier 2 le organiza la Challenger Series, cuyos ingresos se queda la institución, y les regala cuatro plazas más en 2027

Alan Gilpin, CEO de World Rugby, y Bill Beaumont, su presidente.

Alan Gilpin, CEO de World Rugby, y Bill Beaumont, su presidente. / WORLD RUGBY

Fermín de la Calle

El rugby sigue sigue instalado en 1872, fecha en la que Inglaterra y Escocia jugaron el primer partido y las Home Unions comenzaron a tejer una estructura burocrática para asegurase el ‘status quo’ ante el peligro de aparición de países emergentes que con el paso de los años han ido ganando peso deportivo.

Así, World Rugby, la empresa, más que la institución, que rige los destinos del rugby en el mundo, y que preside el inglés Bill Beaumont, ha confirmado su plan de ‘expansión’ para los próximos años. En realidad, es una reedición del viejo “cambiar todo para que nadie cambie”. Este martes 24 de octubre el Consejo Mundial aprobó por 41 votos de 51 la implementación en el calendario de la Nations Cup, el Challengers Series, además de la ampliación del Mundial a 24 selecciones. Según informaba Ignacio Chans en el medio uruguayo ‘El Observador’, de los 51 votos, 10 fueron contrarios y de esos diez ocho abrían sido de Argentina (3), Sudámerica Rugby (2), Rugby Europe (2) y Uruguay. Hay que recordar que España no tiene voto porque en World Rugby no procede y en Rugby Europe se perdió en su día pasando a manos de Portugal. Así andamos.

Portugal y Georgia protagonizaron uno de los partidos del Mundial de rugby.

Portugal y Georgia protagonizaron uno de los partidos del Mundial de rugby. / STEPHANE MAHE / REUTERS

El nuevo torneo promovido por World Rugby es, en realidad, una adaptación interesada del que presentó en su día Agustín Pichot, solo que este último se blinda a los países emergentes, además de ingresar el dinero en las manos de las Home Unions. Solo hay una plaza de descenso y ascenso, sellando el dinamismo que proponía la Nations League ideada por el argentino.

En la Nations Cup, que se jugará a partir de 2026, tomarán parte 12 selecciones, los seis del Six Nations, las cuatro del Rugby Championship y dos aún por delimitar, que deberían ser Japón y Fiyi. Esta sería la 1ª división del rugby mundial, dejando para la 2ª división el Challenger Series, en la que habrá seis selecciones del hemisferio norte y seis del sur. Aquí se asomarían España, Portugal, Georgia, Rumanía, Uruguay, Tonga, Samoa o Namibia. Está previsto una plaza de ascenso y otra de descenso, que se jugarán el peor de 1ª con el mejor de 2ª, y que en el mejor de los casos llegaría en 2032. La Nations Cup y el Challenger Series se jugará en años pares (2026 y 2028) dejando libres los impares para el Mundial (2027 en Australia) y la gira los British Lions (2029). Los partidos se disputarán en las ventanas (junio y noviembre, decidiendo el último los puestos de la clasificación).

El dinero para las Home Unions y World Rugby

Pero la clave del asunto viene con la propiedad de la competición y los ingresos de la misma. La Nations Cup será propiedad de los equipos del Six Nations y del Rugby Championship, que se repartirán todo el dinero de ingresos, patrocinios, ticketing y demás. Mientras que el Challenger Series será propiedad de World Rugby, que se quedará con el dinero y lo repartirá entre las diferentes Uniones de Rugby. Esto le asegura, como ocurre ahora, que siga siendo el principal patrocinador de todas las federaciones, como es el caso de la española, y así las tiene atadas de pie y manos bajo amenaza de retirarlas las subvenciones. Esto, además, resuelve la complicada situación financiera de algunas federaciones de los países del Tier 1 que llevan años generando pérdidas como Inglaterra, Escocia, Gales o Australia. Así, se genera más ingreso para las Home Unions, sin tocar los que ya tienen y meten más dinero a las arcas. y

La realidad es que se amplía la brecha financiera y deportiva entre las naciones del Tier 1 (que ingresarán más dinero y jugarán entre ellas) y las del Tier 2 (que recibirán el aguinaldo de World Rugby y seguirán sin jugar regularmente con países del Tier 1). Según el nuevo modelo, habrá 27 partidos en cuatro años entre selecciones de la Nations Cup (teóricamente Tier 1 salvo Japón y Fiyi, si son las elegidas) y la de las Challengers Series (Tier 2). De los 27, 17 se juegan el año de gira de British Lions (lo que deja en cuadro a las selecciones británicas e Irlanda), ocho durante el de Mundial y dos en los cruces de ascensos y descensos (o puestos hasta que llegue 2032). ¿Quién juega esos partidos del Tier 2? Los dos mejores de 2ª división juegan cuatro (dos en junio y dos en noviembre), el tercer y cuarto (uno en cada ventana) y quinto y sexto (uno anual). World Rugby se reserva además tres ‘Wild Card Unions’ para los partidos que decidan estratégicamente, lo que invita a pensar que EEUU, sede de 2031, dispondrá de algunos de ellos. Como se puede ver, no hay una apuesta firme por integrar a Tier 2 en la dinámica de los Tier 1 para hacerles crecer.

Cuatro plazas de Mundial para comprar el silencio

Sin embargo, casualmente también se ha aprobado el aumento de participantes en la Copa del Mundo a 24. Lo que aumenta las posibilidades de acudir de selecciones como España, que solo ha acudido una vez, en 1999. Una grosera maniobra para callar bocas, sobre todo ahora que hay abierto un debate, vistas las palizas en el Mundial de Francia, sobre si sobran selecciones en el torneo. En Australia 2027 habrá 24 participantes (6 grupos de 4), se jugarán octavos de final a los que se clasificarán los dos mejores de cada grupo y los cuatro mejores terceros clasificados, y pese a ello se reducirá la duración del torneo a 6 semanas, en lugar de siete, con más partidos intersemanales.

Una medida que garantiza que habrá más palizas aún en los Mundiales, al igualar por abajo y no por arriba para acallar voces, pero permite a World Rugby atraer a mercados económicos interesantes como España, Alemania o Brasil, cuyas selecciones están muy lejos del nivel mundialista. Este regalo de World Rugby, que dispara las opciones de ir al Mundial de selecciones menores, maquilla en realidad la verdadera realidad de la medida tomada hoy, que es la creación de una Nations Cup que blinda el actual ‘establishment’ del rugby y amplía la brecha entre países del Tier 1 y de 2.