Fútbol - Liga de Campeones

El Real Madrid sobrevive a la tortura

Los goles de Rodrygo y De Bruyne llevaron el partido, que fue un asedio incontestable de los locales, a los penaltis, donde Lunin clasificó a los blancos

Rodrygo celebra su gol por el Real Madrid en el primer tiempo. |  // EUROPA PRESS

Rodrygo celebra su gol por el Real Madrid en el primer tiempo. | // EUROPA PRESS / Fermín de la Calle

Fermín de la Calle

Si tenía que entregar la corona, habría sido justo que fuese ante este Manchester City que torturó al Real Madrid durante 120 minutos. El respeto entre ambos de inicio era tal que el partido ofreció un arranque rocambolesco siendo Ederson y Lunin los que más balones tocaban. El Madrid presionaba para alejar el partido de su área flotando a los centrales y al portero para tapar los pasillos interiores, donde Akanji hacía de Stones como mediocampista y Bernardo se asociaba con Grealish mientras Foden caía a la derecha. El City apretaba más arriba para impedir que el Madrid rumiase las jugadas, provocando balones largos buscando a Vinicius, que volvía a ser el más adelantado.

El primer croché lo lanzó Haaland, pero su centro lo atrapó Lunin. Respondió el Madrid con un balón largo que bajó Bellingham, la pelota llegó a Vinicius y este la puso a Rodrygo, quién si no, que en su segundo remate batió a Ederson. Directo al menton y el City a la lona. Exigido por la desventaja se estiró el Manchester y lo pasó mal el Madrid, especialmente por la izquierda, donde Mendy y Nacho sufrían cuando aparecía De Bruyne. Un testarazo de Haaland al larguero activó las alarmas y Carletto pidió a Kroos, Bellingham y Valverde más protagonismo para no perder el balón tan rápido y rebajar las pulsaciones. Vinicius dio un par de zarpazos que no terminaron en nada, pero desataron el pánico en la grada. La tensión se masticaba.

A los 26 minutos Carvajal se quedó en el suelo y el lance terminó con De Bruyne haciendo trabajar a Lunin con un disparo seco. El duelo era esplendoroso: asedio local y latigazos visitantes. Ali bailando frente a Frazier, Nadal apretando los dientes ante Federer, Indurain poniendo en fila a Bugno y a Chiappucci... Caviar de beluga.

Al descanso se marchaba un Madrid quirúrgico que dejó colgado el esmoquin y cogió el mono de trabajo. La estadística dimensionaba el asedio: 16 centros al área locales por cero del Madrid y nueve córners del City y ninguno de los blancos. Pero la realidad la dibujaban los tiros a puertas (4-3) y, sobre todo, el 0-1 del marcador. Amaneció la segunda partte con el mismo panorama y Lunin tuvo que sacar dos balones en los cinco primeros minutos. Caminaba el combate hacia una victoria a los puntos del City o a una por KO del Madrid, porque los de Ancelotti siempre han tenido una derecha pesada que sacan a pasear en las grandes noches. Y la del Etihald lo era.

La defensa del Madrid basculaba como una de balonmano sin dejar un resquicio al talento de este City, que sigue siendo un equipo sexy, pero con más arrugas. A falta de un cuarto de hora Guardiola verticalizó su propuesta retirando a un cansado Grealish y dando entrada a Doku. Y el asedio encontró premio en una jugada del belga que Rudiger no despejó bien y De Bruyne clavó para penalizar a los blancos. Para entonces el Madrid jugaba con uno menos porque Bellingham estaba desaparecido, pero Ancelotti, que el año pasado tras el 4-0 decidió no emparejar más a Kroos y a Modric en una plaza grande, retiró a Toni y apostó por Luka. El gol hizo titubear a los madridistas, que perdían la pelota con demasiada facilidad.El tiempo extra se llevó por delante a Haaland, que dejó su sitio a Julián Álvarez. De estudio lo del noruego, que sigue sin aparecer ante los Miuras.

El asedio se transformó en tortura. Lenta y dolorosa. Se marchaba Vinicius llevándose la mano a la ingle y el Madrid perdía el poco punch que le quedaba. Con Bellingham dimitido, solo quedaba encomendarse a la efervescencia de Brahim. Se abandonaba a su suerte en los penaltis, aunque Rudiger la tuvo en el ecuador de la prórroga. Y llegaron los penaltis... Falló Modric, pero Lunin se lo detuvo a Bernardo Silva y a Kovacic inmediatamente después. Bellingham, Lucas y Nacho marcaron, como Ederson y Rudiger metió al Madrid en semfinales. Había sobrevivido a la tortura y salía vivo. Lunin y Rudiger, dos héroes inesperados, tumbaban al campeón.