El Leyma rozó el desastre de ir ganando por quince puntos al inicio del último cuarto (56-41) y dejarse remontar (64-64). Le salvaron Dago Peña, con un espectacular tapón cuando el Palencia, a falta de 20 segundos, atacaba para ponerse por delante por primera vez en todo el partido; y la magia de Zach Monaghan, que con solo nueve por jugar cogió la pelota, cruzó de punto a punta la cancha y anotó con una bomba que desde el cielo, rebotó en el tablero y cayó limpia a la canasta. Eso es algo que solo pueden hacer esos genios tocados por una varita mágica que los hace especiales. Por eso le añoraba tanto la afición local. Todos los jugadores naranjas se fueron a por él, a abrazarle como si hubiesen ganado la liga. Incluido un Peciukevicius que tras un golpe en el tercer cuarto no había vuelto a la pista y al que echaron mucho de menos los coruñeses para dirigir el juego. Y un consternado Javi Vega, porque una pérdida suya cuando solo faltaban 22 segundos para la bocina había comprometido seriamente el trabajo de su equipo durante los treinta minutos previos. El Leyma necesitaba ganar, sobre todo después del mal último cuarto contra el Bregoán del pasado martes. Se repitieron en esta ocasión esos pésimos últimos diez minutos, pero el final fue diferente. Los de Sergio García firman su cuarto triunfo y ya son segundos solo por detrás de un conjunto lucense que mete la directa.

A Javi Vega se le resbaló la pelota en el momento clave pero no se puede borrar todo su partido anterior. Se fue hasta los 14 puntos, 15 de valoración, e hizo un buen trabajo tanto por dentro como por fuera. Además, a veces un equipo que va a menos, que ve cómo el rival se le echa encima cuando antes ni lo veía por el retrovisor, necesita algo así para reaccionar. Fue un estímulo para que Peña hiciera una defensa perfecta. Y para que Monaghan rematara después. El Leyma antes había jugado 30 minutos bastante consistentes. Pero con carencias. El tiro volvió a ser una asignatura pendiente. Ya no solo el 7 de 24 en triples (29%) sino el 11 de 20, apenas por encima del 50% (55%), desde la línea de la personal. Tres de ellos fallados, por Belemene, Monaghan y Matulionis, en esos momentos clave cuando el Palencia estaba remontando.

Los visitantes no habían estado nunca por delante en el marcador. El Leyma se instaló en una cómoda ventaja desde el inicio, con buenas acciones de Pecius, aprovechándose de su ventaja de altura sobre su par Dani Rodríguez. Ya contra el Breogán el equipo había funcionado mejor con el trío lituano y Monaghan y ayer volvió a ser así. El 11-2 de Jakstas enseñaba el camino. Al término del primer cuarto, 15-10. El segundo fue el mejor. Entraron los triples, apretaba la defensa, el Leyma se gustaba. La ventaja ya se iba a la barrera de los diez (37-27). El ritmo siguió subiendo. Un triple de Monaghan abría el tercer cuarto. Subió a los quince puntos la renta (56-41). Y ahí se apagaron las luces. También el Palencia presionó más. Pero con quien no pudo fue con Monaghan.