La selección española de balonmano comenzó ayer la segunda ronda del Mundial de Egipto con una notable victoria por 32-28 ante Alemania que le permite encarrilar su pase a los cuartos de final tras un duelo donde acertó a reaccionar cuando las cosas no estaban saliendo ante la respuesta de su rival.

La actual doble campeona de Europa firmó seguramente su mejor encuentro del campeonato, con una muy buena primera parte (16-13) a nivel ofensivo y con las acciones en portería de Rodrigo Corrales, pero tras el descanso las cosas cambiaron y España se vio abajo en el marcador y en problemas.

Pero ahí el combinado de Jordi Ribera demostró el porqué de sus éxitos más recientes. Elevó la intensidad de su defensa, apareció Gonzalo Pérez de Vargas y en ataque, el liderazgo de Raúl Entrerríos resultó clave para firmar un demoledor 9-1 de parcial hacia el triunfo.

La selección española comenzó muy firme y sorprendió con un 5-1 en defensa, que le funcionó y cuando no lo hizo encontró a un gran Rodrigo Corrales. El portero gallego levantó un muro a los alemanes en una gran primera parte dominada por la doble campeona de Europa que jugó con mucha inteligencia y con una gran aportación de una primera línea (9 goles) que no había aparecido en forma anotadora.

Tras algunos problemas para sujetar las acciones de uno contra uno de su rival, las primeras intervenciones de la portería española permitieron a los Hispanos coger la iniciativa en el marcador y amagar con escaparse (9-6, m.15). Alemania, fiel a su carácter competitivo, no acusó el golpe y buscó rehacerse, aunque su defensa no consiguió frenar el ataque español, mucho más variado y con casi todos sus lanzadores exteriores aportando. Al descanso se mantenía el dominio (16-13).

Alemania endureció su defensa y Bitter se hizo gigante en la portería, mientras que Hafner manejaba bien el ataque y Kastening hacía daño desde el extremo. El resultado fue que el partido no sólo se igualó sino que por primera vez los germanos se pusieron por delante (22-25). España tuvo la virtud de no ponerse nerviosa y recuperó su intensidad defensiva. La irrupción de Pérez de Vargas con sus paradas y la de Raúl Entrerríos en ataque (3 goles) cambiaron el guión.