El inicio de la segunda fase de la OK Liga femenina, en la que tiene que luchar por la permanencia, no pudo suponer mejores noticias para el Borbolla. Las coruñesas se impusieron a un rival directo como el Igualada por 4-1 y se pusieron a un solo punto del caro —solo se salvan tres de los ocho equipos— objetivo de la temporada, que no es otro que confirmar su continuidad en la elite del hockey sobre patines nacional. Pero además la victoria vino acompañada por otro tipo de confirmaciones. La progresión de las jugadoras, cada vez más adaptadas a la nueva categoría, es un hecho. Destaca Lara Yáñez, pero en las últimas jornadas también ha sido evidente el paso adelante de uno de los fichajes estrella, la internacional chilena Fernanda Muñoz, rubricado con un doblete el pasado sábado. Y ante la ausencia por sanción de su compatriota y tocaya Fernanda Tapia en la portería, fue el momento de la jovencísima Edén Avecilla (17 años), que tuvo una actuación brillante pese a jugar medio partido lesionada y demostró que es una apuesta de futuro. Este fin de semana el equipo afronta la difícil visita de mañana al Vilasana, el coco de esta segunda fase, pero las de Monte Alto están confiadas. “Yo creo que vamos a puntuar”, señala la marcianita.

Así es como se conoce a las jugadoras de la selección chilena, con la que Fernanda Muñoz se colgó la medalla de bronce en los World Roller Games de Barcelona de 2019. La jugadora del Unión Católica de Santiago de Chile decidió un año después dar el salto a Europa y eligió al Borbolla, donde ya estaba Fernanda Tapia, que le dio las mejores referencias, para atreverse a la aventura de vivir la experiencia y de comprobar dónde estaba su nivel. Nunca es fácil cruzar el charco y menos, con el actual contexto mundial de la pandemia. “Me costó la adaptación. Extraño a mi familia, que siempre viví con ellos. Y es el primer año que soy cien por cien independiente...”, dice. Muchos motivos que explican por qué su rendimiento ha ido de menos a más. “Al principio no me entendía bien en la pista con las compañeras, pero ahora ya estoy más cómoda y puedo desarrollar mi juego”, reconoce y espera seguir en el mismo camino. “Aún puedo seguir mejorando y ojalá los próximos partido juguemos igual que contra el Igualada. Dependemos de nosotras mismas y esperemos salvarnos”, apunta Muñoz.

Para Edén Avecilla, por su parte, el partido contra el Igualada no era su primera oportunidad. Ya había empezado bajo palos la temporada, cuando las Fernandas todavía no habían podido llegar desde Chile —el viaje se demoró hasta en dos ocasiones—. “Yo siempre estoy entrenando a tope, por si a Santi le da por hacer cosas raras”, bromea. “La semana pasada ya sabía que me tocaba jugar, porque Fernanda estaba sancionada, así que entrené a tope para llegar bien al partido”, añade. Era la pequeña, estaba nerviosa y presionada para no cometer errores. “Era una final, como lo son ahora todos los partidos hasta final de temporada. La permanencia está difícil, pero no bajaremos los brazos”, proclama. Para ella los fuertes del equipo están en la portería y en la defensa, aunque ahora ya están “más inspiradas” en ataque. Cree que al principio pagaron la novatada. “Pero de los errores se aprende”, añade la portera, que se inició en el hockey en el Cambre y después pasó por el Liceo antes de llegar al Borbolla. Su apellido, no obstante, delata una vinculación familiar de más solera. “Los Avecilla son primos de mi padre”, desvela. Ella creció con otros referentes. “Martín Garaboa entre los chicos y Laura Vicente entre las chicas, pero también mi compañera Fernanda Tapia, que cada día me explica cosas nuevas”, termina.