El Deportivo Liceo recibe al Voltregá (Palacio de los Deportes de Riazor, 19.30 horas) en una jornada importante, la vigésima, porque hay enfrentamientos directos entre los equipos de la zona alta de la clasificación de la OK Liga. Los propios verdiblancos se miden al sexto mientras que el domingo habrá un Caldes-Lleida (tercero y cuarto) y, sobre todo, la visita del Barcelona a la pista del Noia, una de las más complicadas que le quedan al conjunto culé —con la de Reus— en la segunda vuelta. El equipo dirigido por Juan Copa, por tanto, tiene en su mano la oportunidad de presionar a su máximo rival si hoy gana a los de Sant Hipòlit, un partido que no será nada fácil.

El blanquiazul es siempre un equipo muy incómodo. Y se empieza a construir desde la portería. Blai Roca se ha convertido en uno de los porteros más solventes de la liga. Como ejemplo, el partido que hizo contra el Reus dejando en cero el casillero de los mejores delanteros de la competición —Marín, Rodríguez y Julià—. Ya se lució en la primera vuelta contra el Liceo, aunque finalmente los coruñeses ganaron por 1-4, pero resolviendo la victoria solo en los minutos finales. Es un aviso de lo que puede esperar hoy en el Palacio a un Liceo que después del pequeño bache que supuso las dos derrotas seguidas, frente a Taradell y Barcelona, se recuperó hace una semana al vencer al Mataró por 0-6, un resultado que contribuyó más allá de los tres puntos porque supuso dejar de nuevo la portería a cero y recuperar la confianza de varios goleadores —de los seis tantos, ninguna fue del pichichi Adroher—.

El Voltregá viene de ganar al Lloret por 4-3 y ocupa la sexta plaza con 30 puntos tras nueve victorias y tres empates, además de siete derrotas, con un balance de goles a favor y en contra de 62 a 52. Su máximo exponente en ataque es el veterano Gerard Teixidó, con 18 tantos, un gran especialista a bola parada, aunque por encima de la decena también figuran el joven Arnau Canal (13) y el talentoso Eric Vargas (12). Y otra de sus grandes armas está en el banquillo, con uno de los entrenadores con más experiencia de la categoría como es el técnico Manolo Barceló.

Lo pasa mal el Liceo contra equipos de las características del Voltregá, pero tiene que hacerse fuerte en su feudo. Sobre todo para no desaprovechar la oportunidad. O la obligación. Porque ahora lo único que puede hacer es presionar al Barcelona y esperar a que los azulgrana cometan algún error, aunque este parezca poco probable por el nivel que están demostrando en los últimos partidos. Si ganan los verdiblancos empatarán en la cabeza de la tabla —sin poder pasar por delante de los culés por el golaverage— a la espera de lo que ocurra el domingo en el Ateneu Agrícola. Por detrás, los coruñeses todavía no sienten el aliento de sus rivales. El Caldes es el que está más cerca, con 41 puntos y, por lo tanto, a 8 de los 49 del Liceo. Pero no hay cabida para la relajación. Desde la solidez defensiva habitual los verdiblancos no pueden cometer errores que le puedan costar caros, tiene que imprimir su ritmo y, sobre todo, aumentar su eficacia ofensiva finalizando todas las jugadas.