“Estamos bien, afortunadamente todo quedó en un susto”, tranquiliza Carlos Arévalo, piragüista coruñés que junto a su entrenador Miguel García y a sus compañeros Rodrigo Germade, Saúl Craviotto y Juan Oriyés sufrieron el viernes un accidente cuando regresaban a Asturias, su base de entrenamiento, de una concentración en Sevilla en la que avanzaron la confección del K4 español para los Juegos Olímpicos. “El K4 está destrozado y los K1 veremos, porque sigue haciendo mucho viento y todavía no podemos ir a buscarlos”, añade el de Betanzos, subcampeón del mundo en 2019 precisamente con ese barco. La Federación Española de Piragüismo relata que el conductor de la furgoneta sintió la brusquedad del viento con un “volantazo” y de inmediato el remolque se soltó del amarre al vehículo tractor, quedando suelto para terminar encajado en la mediana que separa los carriles en la autopista.

El percance se produce a unas semanas de que tenga lugar el selectivo para los Juegos Olímpicos para el K4 500 metros, con solo cuatro plazas y seis contendientes principales: el coruñés Arévalo, Rodrigo Germade, Cristian Toro, Saúl Craviotto, Marcus Cooper y Carlos Garrote. Durante las últimas semanas los entrenadores de la Federación han hecho diversas pruebas individuales sobre distancias de 200 y 400 metros para confeccionar tres posibles combinaciones y dar con la mejor. Los test se llevarán a cabo entre el 1 y el 14 de marzo. Arévalo formará parte al menos de una de ellas —no son públicas las combinaciones—. El del Ría de Betanzos se proclamó en 2019 subcampeón del mundo con el K4 500 metros junto a Craviotto, Cooper y Germade. Pero eso no le garantiza un puesto en el barco para los Juegos de Tokio. En las próximas semanas conocerá su destino.