Después de eliminar al Voltregá, el Caldes es esta tarde (Palacio de los Deportes de Riazor 17.00 horas) el obstáculo en el penúltimo paso del camino del Deportivo Liceo hacia la final de la Copa del Rey. “Claro que es el objetivo”, dice Carles Grau, el héroe de los cuartos de final —compartido con César Carballeira, autor del gol en la prórroga— al detener una falta directa cuando solo quedaban tres segundos para el sonido de la bocina. “Ya no me acuerdo muy bien de qué pensé en ese momento. Solo en tener la cabeza fría y en que tenía que pararla como fuera porque el premio era muy grande”, recuerda el portero menos goleado de la OK Liga, que tampoco espera hoy un partido tranquilo. “Que nadie se piense que vamos a ganar por tres o cuatro goles. El Caldes planteará un partido duro y va a costar mucho”, analiza.

El de Voltregá tuvo que ser un aviso. “Éramos favoritos, no nos vamos a esconder. Y no jugamos mal, sobre todo en la primera parte, en la segunda nos costó más. Tuvimos seis o siete palos, a veces es cuestión de centímetros”, indica Grau. El Liceo no se va a plantar en su final por arte de magia. “Es cierto que luchamos contra el Barça en liga, pero es que nos costaron todos los partidos. A nosotros nadie nos ha regalado nada”, señala para acto seguido añadir que “con polémica o no, ganamos que es lo que importa, otras veces nos han pitado en contra”.

Por eso, el Liceo necesita dar un paso más. Así se lo va a exigir el conjunto dirigido por Eduard Candami, que levantó un 0-3 en contra en los cuartos de final frente al Lleida. Le bastó cuatro minutos en el inicio de la segunda parte para igualar el marcador, algo parecido a lo que ya había hecho en el Palacio de los Deportes de Riazor en el partido de la primera vuelta de la OK Liga. De hecho, el Caldes fue el equipo que consiguió frenar la racha triunfal de los verdiblancos, que llevaban doce victorias seguidas en el arranque de la competición. Aquel 3-3 es un aviso, aunque el último precedente, de hace tan solo un mes, favorezca a los locales, que se impusieron a domicilio por 2-3.

“Seguro que será un partido diferente. A ver si aprovechamos nuestras oportunidades para irnos en el marcador y jugar más relajados” explica el portero, de 31 años. “En defensa estamos muy bien, nos han marcado pocos goles y tenemos que hacer valer la defensa, para en ataque estar fluidos y marcar la diferencia”, valora. “Que nadie se piense que ganaremos de tres o cuatro goles. El Caldes planteará un partido duro y va a costar mucho. Hemos trabajado duro para llegar bien a la Copa”, añade y destaca que ganar hoy tiene premio gordo: “Si conseguimos ganar, el domingo iremos con todo para ganar porque sería muy bonito para nosotros, para la ciudad y para todos”.

El sexto jugador en cuartos de final también fue uno de los factores. No están todos los que son, por las restricciones, pero los que están animaron por todos, empujando en los momentos importantes. “Para el aficionado este año ha sido duro, yo doy gracias que hemos podido jugar con todos los casos de coronavirus que hubo y que ahora la afición pueda disfrutar de la Copa”, concluye Grau, que espera que hoy la afición pueda disfrutar sin peligro de infarto.

Día de descanso como espectadores en el Palacio de los Deportes de Riazor

Pocas veces los jugadores del Deportivo Liceo han cambiando las tornas para ser los espectadores de un partido que se disputa sobre el parqué del Palacio de los Deportes de Riazor. Pero ayer, en la jornada de descanso para ellos en la Copa del Rey, se pudieron permitir el lujo de pasar el día tranquilamente en las gradas del pabellón. Si el jueves lo habían abandonado pasada la medianoche, ayer a primera hora ya estaban en el gimnasio para hacer una pequeña sesión de recuperación, para aprovechar después para quedarse tanto al Cerdanyola-Las Rozas como al Reus-Girona. Viendo los toros desde la barrera, pero tampoco eran los únicos. La competición está tan interesante que nadie quiere ni parpadear. Ni los equipos que han quedado eliminados, que antes de volver a sus ciudades de procedencia, aprovecharon un día más para empaparse de esta Copa tan esperada. Mientras, os jugadores del Barça aprovecharon la mañana para dar una vuelta por el paseo marítimo coruñés, el descanso del guerrero antes del debut de la tarde. Cada jugador tiene sus manías previas a los partidos. Incluso para hacer durante la competición. Pero un día para desconectar siempre beneficia. “El año que ganamos la Copa en Blanes —con el Vic— lo tuvimos también”, dice, entre recuerdo y deseo, Carles Grau.