Quería llegar a la final y ahí está. Con mucho sufrimiento, pero dejándose absolutamente todo en la pista. Sin su mejor juego. Desperdiciando una batería de opciones a bola parada. Poniendo el corazón por encima de sus ya escasas fuerzas. Y aquí está. El Liceo peleará hoy a las 13.15 horas con el Barça por su Copa del Rey, la que se disputada en casa, tras eliminar ayer en semifinales al Caldes, al que se impuso por 4-1. Objetivo cumplido. Hoy será otro historia. Toca vaciarse. No hay dolor. El Barça es favorito en la tercera final seguida entre ambos. Pero el Liceo tendrá a más de mil corazones empujando para que levante un título que se le resiste desde 2004.

Contra el Caldes el partido empezó fuerte. Dos minutos y primera azul a Sergi Miras. Jordi Adroher se plantó en el punto de la directa. Su gran amor. Y su martirio últimamente, prolongado con un nuevo fallo. Pese a esta oportunidad, el Liceo no entró y encima el Caldes encontró muy pronto el gol. Cristian Rodríguez se movió bien, aprovechó que sus compañeros le habían hecho el aclarado y disparó para batir a Carles Grau. Había que ajustar el plan, porque por delante en el marcador los catalanes se encerraron todavía más y los verdiblancos tenían problemas y se cargaban de faltas, aunque el verdadero susto lo dio Maxi Oruste, que tuvo que ser atendido por un golpe en la cara. Con un Caldes muy bien plantado y un Liceo que no se encontraba cómodo, pasaban pocas cosas, aunque poco a poco el duelo iba cambiando de matiz, se igualaban las faltas y los locales se iban entonando. Antes del descanso tuvieron sus mejores ocasiones, sobre todo una de Maxi Oruste, recuperado, de esas que solo hay que empujar en el segundo palo.

Equipo de hockey en sillas de ruedas eléctrica de Barberá del Vallés, invitado por el Liceo. | // VÍCTOR ECHAVE María Varela

En la segunda parte los verdiblancos confirmaron la mejoría. Ya iban a otra velocidad, especialidad de Roberto di Benedetto. En un minuto dieron la vuelta al partido con goles de Adroher y Dava Torres, los dos de insistencia, de pelear en el área pequeña hasta que la bola entre. El Liceo sonreía mientras el partido subía en tensión. Los dos equipos, con nueve faltas. Y en un encontronazo Juan Copa y Álvaro Giménez vieron sendas azules, previo paso a una ronda de bola parada. La primera, para el Caldes. Carles Grau, que ya contra el Voltregá mantuvo a su equipo en el partido, hizo tres paradas seguidas. El lanzamiento de Rosa y los dos rechaces posteriores. Pero a continuación fallaron tanto Jordi Adroher, de nuevo, por la décima del Caldes, y Dava Torres, tras la azul a Sito Ricart.

Fue un momento en el que el partido volvió a cambiar de signo. El Caldes dio su último arreón, presionaba muy arriba y ahogaba las ideas del Liceo, que no obstante sí aprovechó la superioridad numérica para ampliar la ventaja con Marc Grau. Los coruñeses ya acariciaban la final. Por corazón. Porque daba la sensación de que las fuerzas ya iban muy justas después de una temporada muy dura —lo que le da más mérito a una defensa sin faltas, tres en toda la segunda parte—. Tiraba de ese orgullo de querer estar en su final. En los últimos minutos, desperdició una directa por azul a Rosa, que falló Oruste, y un penalti que tiró fuera Di Benedetto. El Caldes echó el resto, en busca de los imposible. Rozó el gol Cristian Rodríguez. También lo tuvo Sergi Miras. Pero el que sentenció fue César Carballeira. El coruñés falló la directa, por la decimoquinta del Caldes, pero no el rechace. Quedaban menos de dos minutos y el cuerpo técnico ya se abrazaba. La final ya es un hecho. Y ahora, a dejarse el resto.

El pulmón culé puede con el Reus

El Barcelona se encontró con un Reus peleón, pero al que le faltaron fuerzas para presentar más batalla en la segunda de las semifinales de la Copa del Rey de A Coruña. Los azulgrana ganaron por 6-3, haciendo valer su profundidad de banquillo ante un conjunto reusense muy tocado por las bajas ya que le faltaban Raúl Marín y Pablo Nájera. Apenas una rotación por las cuatro —más uno que se quedó en la grada, ayer Nil Roca— de los culés. Y pese a todo, el Reus golpeó primero con una falta directa de Marc Julià. El Barça le devolvió con la misma moneda para ponerse por delante con otras dos directas, una de Pau Bargalló y otra de Pablo Álvarez. Como una apisonadora, Sergi Llorca, el coruñés Ignacio Alabart, João Rodrigues y Bargalló pusieron tierra de por medio en la primera parte, aunque por el medio marcó Álex Rodríguez para los rojinegros, que se resistían a ceder. En la segunda parte, solo marcó Joan Salvat para el 6-3 final.

Palau-Manlleu, final femenina (11.00 horas)

El Palau, campeón de liga y de Europa, y el Manlleu, reeditarán hoy (11.00 horas) final en A Coruña. El Manlleu fue el primero en lograr la clasificación y lo hizo con holgura al vencer al Voltregá por 6-0. Los dobletes de Anna Casarramona y Peke, además de los tantos de Ona Castellví y María Anglada impidieron que dos leyendas como Teresa Bernadas y Motxa Barceló se despidiesen del hockey con una nueva final, aunque sus compañeras y rivales sí les hicieron el pasillo para abandonar la pista. Después el Palau se encontró con muchos apuros para superar al Cerdanyola (4-3). Aina Florenza marcó los cuatro goles de su equipo, el primero del partido, aunque al descanso Solé y Xicota le dieron la vuelta al marcador. Florenza metió la directa con otros tres tantos y Adriana Gutiérrez apretó hasta el final.