Sobran las palabras cuando una imagen lo dice todo. David Torres, abrazado a sus compañeros, con la mano en alto. Si no habían sido los dos goles más especiales de su carrera, probablemente dos de los que más. Los primeros sin su fan número uno. Fue salir a la pista y prácticamente marcar dos seguidos. El primero, una bola al segundo palo que parecía empujada por muchos. El segundo, nada más recibir y metiéndola por el primero. El camino ya estaba hecho y el resto llegó rodado ante un Alcoy que ofreció resistencia pero se fue desinflando. El Liceo se va con victoria al parón, a cinco puntos del Barça y con dos de ventaja sobre el Noia. Ahora queda por delante un mes sin OK Liga, que no sin hockey sobre patines: del 14 al 20 del próximo mes se disputa el Europeo.

David Torres recibe el abrazo de sus compañeros después de marcar uno de sus dos goles contra el Alcoy. | // VÍCTOR ECHAVE

David Torres rompió un partido que había empezado con poco ritmo, sobre todo para el gusto que venía acostumbrado al caviar del Barça-Liceo de hacía solo dos días. Lógico por otra parte. Hasta los goles del capitán, los destellos de Marc Grau habían sido lo más destacado —curiosamente, ayer había tres Marc Grau sobre la pista—. Después del 2-0 el Alcoy se encontró con un gol de Gonzalo Pérez, prácticamente un regalo de la defensa coruñesa. Pero antes del descanso los locales recuperaría su ventaja de dos. Primero con un tanto de Álex Rodríguez, que pasó por detrás de la portería para sorprender en el primer palo. Después con una directa de Marc Grau por azul a Baieli.

La historia de la segunda parte solo se escribió en verdiblanco. Si el Liceo no consiguió una goleada de escándalo fue porque se estrelló hasta en cinco ocasiones con los palos. Gonzalo Pérez en cambio aprovechaba todas las suyas. Hizo el 4-2 —después de que Morales fallara una directa ante Grau, que también paró un penalti—, pero los locales estaban enchufados. Marcó Álex Rodríguez de directa, Marc Grau y Maxi Oruste en una jugada de tiralíneas. Pérez, desde su propia cancha, puso el epílogo al partido.