Baño de goles para el Liceo en su regreso triunfal a la OK Liga femenina. El conjunto verdiblanco se impuso ayer por 5-1 al Bigues i Riells para confirmar que ha vuelto para ser algo más que un novato. Bajo el mando de María Sanjurjo, que es la que lleva la batuta del equipo, con una finalización espectacular y parapetadas en una Vicky Caretta que respondió desde la portería cuando las rivales querían apretar, las coruñesas dieron la vuelta al gol inicial del conjunto catalán. El gol de falta directa de Alba Garrote, que nada tuvo que envidiar a ninguno de los que marca el mago Jordi Adroher, sino al revés, puso la guinda a la noche. Y mandó un aviso. El Liceo ha vuelto para quedarse y, sobre todo, para hacer mucho ruido.

Carlos Loureiro eligió para iniciar esta nueva aventura a Vicky Caretta en la portería, con María Sanjurjo, Lucía Paz, Alba Garrote y Naiara Vaamonde como jugadoras. Quedaban en el banquillo dos de las internacionales, Bea Gaete y Adriana Soto, recién aterrizadas después de recorrer miles de kilómetros para llegar a jugar el partido. Los comienzos siempre son duros, pero no hubo rastro de nervios. Las locales estaban muy atentas a los cortes, bien posicionadas. Pero fue el Bigues el primero en encontrar la portería. Tímidos gritos de “Liceo, Liceo” desde la grada intentaban animar al equipo. Y el equipo no se vino abajo. La salida de Adriana Soto también dio un aire nuevo. Muy ligera y rápida, parece que patina sobre nubes. Y encima tiene gol como demostró en el empate con una buena combinación con sus compañeras pese a que apenas han tenido sesiones para entrenar juntas.

Con el 1-1 hubo una jugada polémica. En una contra el Bigues marcó, pero el árbitro señaló falta anterior y no dio continuidad a la jugada. En el penalti, Caretta detuvo el lanzamiento de su compatriota Erika Ghirardello. Del posible 1-2 se pasó al 2-1 en solo unos minutos, de nuevo de la argentina. La primera parte terminó con otra ocasión clara para las locales. Sanjurjo fue derribada y el colegiado señaló directa. Lucía Yáñez no pudo acertar la bola parada y dejó todo abierto para la segunda parte.

Se mantuvo la igualdad. Hasta la recta final. Ahí el Liceo, que además había dosificado bien el banquillo, metió una marcha más. Marcó Garrote el tercero y seguido Bea Gaete el cuarto en una jugada en la que robó, se fue a la contra y no titubeó en el remate. Y para cerrar, la falta directa por la espalda y a la escuadra de Garrote. Una fiesta.