Oviedo. Otra vez la misma piedra. El meigallo que el mago Zach Monaghan lanzó a los asturianos la temporada pasada, para eliminarlos en Pumarín en el play off por el ascenso, perdió su efectividad y hay que volver a conjurar a los elementos. Pero en el baloncesto no hay magia que valga sin acierto. Es lo que le pasó al Leyma ayer contra la que vuelve a ser su bestia negra. Una y otra vez sus intentos eran repelidos por el aro. A veces incluso con un jugador solo debajo del mismo. Fin a la racha de seis victorias consecutivas de los naranjas, que se van al parón de dos semanas por las ventanas FIBA con malas sensaciones y un poco más alejados de la cabeza de la clasificación, aunque todavía dentro del objetivo que es meterse en el play off.

Los jugadores de la cantera poblaron la grada del Palacio de los Deportes de Riazor. | // VÍCTOR ECHAVE

El triple que metió Javi Vega que supuso el 5-2, la máxima ventaja con la que contarían los naranjas en todo el partido, ya tenía que ser un aviso de lo que esperaba. El capitán tenía que pedir casi disculpas cuando la pelota, que iba con mucha fuerza, rebotó contra el tablero y contra todo pronóstico entró. Fue la única canasta de tres hasta que ya en el último cuarto acertó uno Zach Monaghan y en los minutos finales, ya sin nada en juego, consiguió otro Mo Soluade. Tres en dieciocho intentos. Un 17% de porcentaje cuando la media del Leyma estaba por encima del 40. No fueron mucho mejores el resto ya que se quedó en un 39% en tiros de campo y en un 59% desde la línea de la personal. Así es imposible. Ante cualquiera. Y menos contra todo un Oviedo, que ayer ofreció en el Palacio de los Deportes de Riazor un recital de recursos, interiores, exteriores, dándole al Leyma un poco de su propia medicina.

El primer cuarto fue el único igualado (17-17). Nick Ward era rodeado por dos jugadores cada vez que recibía la pelota, El pívot luchaba, iba subiendo puntos al marcador, pero también faltas en su cuenta. Llegó pronto la segunda. Se fue al banquillo. Y aunque entre Hamilton y Diagne tiraron del carro ya se veía una tendencia de un Oviedo mucho más centrado y con superioridad en el rebote liderados por McDonell. Un triple de Kamba abrió la brecha a diez puntos. García intentaba cerrar la herida devolviendo a Ward a pista. Pero esta aumentó todavía más al descanso (28-41).

Parecía que el estadounidense, enrabietado, salía de vestuarios con ganas de comerse el mundo. Con el 30-45 un 8-0 de parcial encendía las esperanzas. Dos triples seguidos de Harald Frey, ratificado con otro de Jeff Xavier, apagaron el conato de remontada (40-54). Se creyó en ella después del triple de Monaghan (51-61). Malas decisiones, errores de tiro, pérdidas... el último cuarto fue un colmo de despropósitos, el Oviedo olió la sangre y aceleró para aplastar (61-83).

‘Ventanas’ para Gray, Lofberg y Schaftenaar

La competición para dos semanas para que se dispute la primera de las ventanas FIBA de clasificación para el Mundial con tres jugadores del Leyma convocados con sus selecciones: Johan Lofberg (Suecia), Kadre Gray (Canadá) y Roeland Schaftenaar (Países Bajos).

Sergio García: “No estuvimos concentrados en toda la semana”

Sergio García fue contundente. “Han sido mejores en todo. Sobre todo en concentración y esfuerzo”, valoró después de la derrota ante Oviedo. El técnico dio un toque a su equipo. “No ha estado concentrado en toda la semana. Hay que entender que tenemos que estar centrados porque en esta liga cualquier rival te pone patas para arriba y en este caso un equipo muy bueno como Oviedo lo ha hecho”. El técnico se va “decepcionado” por el nivel de concentración de jugadores importantes, cree que los suyos no jugaron “como equipo en ningún momento” y espera que aprendan que no porque las cosas vayan mal hay que rendirse.