El Barça se quedó ayer el Clásico de la ACB ante el Real Madrid (75-85), celebrado en el WiZink Center y correspondiente a la jornada 16 aplazada desde el 2 de enero, con una sólida versión en defensa y una actuación coral para recuperar la confianza en un momento delicado.

Los de Jasikevicius, que venían de cuatro derrotas en cinco partidos, ganaron en casa de su eterno rival con Sanli (17 puntos), Kuric (17), Laprovittola y Mirotic como los más destacados. El Madrid se encomendó a los triples, sin acierto, y a un arreón final insuficiente, y volvió a caer ante su único verdugo en 23 partidos. La racha de los de Laso solo tiene dos borrones, un Barça vigente campeón de Liga que aspira a repetir.

Los primeros 20 minutos fueron un buen aperitivo, un afilar de espadas en busca de los héroes de una igualada lucha. El regreso tras COVID de Tavares fue más rotundo que el de Mirotic, con el pívot intimidando bastante en la pintura local. Taylor puso el acierto exterior de los blancos, aunque el triple fue más arma de los catalanes, con un Kuric también entonado.

La reanudación confirmó el mando visitante, con el Madrid siguiendo la fórmula del 23. Las mandarinas de Llull terminaron entrando pero no fue suficiente ante un juego mucho más aseado en el rival. El Barça movió el balón, mordió para sumar alguna pérdida más en el casillero local y cerró mejor el rebote. Sanli, con 11 puntos, eclipsó a Tavares.

Los de Laso se fueron a remolque al último cuarto (54-63), pero se podía esperar su reacción. El líder tuvo que ir al límite y llegó la polémica, reclamando faltas no señaladas y encajando técnicas. Laprovittola leyó bien el final y Mirotic sentenció con el triple decisivo.