El Liceo le pone emoción a lo que queda de temporada regular en la OK Liga y manda un aviso al Barcelona con una victoria en la que el marcador no hizo justicia al baño de juego verdiblanco. Por el hecho de que el título se decide en el play off no había la sensación de final y los culés pecaron de conservadores. Pero el que ganara saldría reforzado y esos fueron los coruñeses, que recortan la distancia a cinco puntos y se creen una vez más que es posible ganarle al conjunto culé. Lo han hecho en tres de sus últimos enfrentamientos. El otro lo perdieron por la mínima. Le tiene tomada la medida. Los de Juan Copa frenan una racha de su rival de 45 partidos sin perder en la liga. El anterior, también se lo habían robado ellos. Cuatro triunfos, dos derrotas y un empate es el balance en los dos últimos años. Pocos, o ningún equipo, le han podido hacer sombra de esta manera a la súper potencia del hockey mundial. Queda mucho por delante. Golden Cup, Copa del Rey y play off. Presumiblemente ambos se volverán a ver con premios más gordos de por medio. Todavía no se ha ganado nada.

César Carballeira celebra su gol de ayer contra el Barça.

César Carballeira celebra su gol de ayer contra el Barça. Carlos Pardellas

La diferencia de intensidad fue abismal. El Liceo dio un recital defensivo y el Barça apenas probó a Carles Grau y solo apretó en los finales de cada parte. Estuvieron a punto de quedarse a cero, cuando promediaban siete tantos por encuentro. Lo remediaron casi sin querer, cuando quedaban 14 segundos. El único asterisco a un partidazo nacido en la pizarra de Juan Copa, que dosificó al máximo los minutos de cada uno, y que podía haber terminado con una goleada de escándalo con un poco más de acierto. Incluso falló el Liceo tres directas, con Jordi Adroher revolviéndose en la grada con la mano vendada. No lo echó tanto en falta el equipo, liderado por David Torres y César Carballeira, dos coruñeses que siempre tienen un punto extra de motivación. Con Roberto di Benedetto como un timón imperturbable y sin olvidar el trabajo defensivo de dos delanteros como Marc Grau y Maxi Oruste, prácticamente no dejó jugar a un Barça maniatado.

Los de casa salieron mejor. Las gradas del Palacio se iban llenando mientras el Liceo entraba en calor, más enchufado desde el saque de centro. La primera ocasión la tuvo Dava Torres. El disparo del capitán se fue desviado, rozando el palo. La azul a Pau Bargalló permitió la siguiente. Álex Rodríguez chutó directo pero no pudo sorprender ni con el tiro ni con el rechace. En superioridad, los coruñeses movieron la bola y encontraron con claridad al jugador libre en el segundo palo. Se seguía resistiendo el gol. Y vuelta a empezar cuando el Barça recuperó al cuarto hombre y lo perdió al momento con la azul a Panadero. El tiro de Álex Rodríguez se fue al palo y Marc Grau probó a Sergi Fernández otras dos veces seguidas. El portero se defendía y a los verdiblancos solo les fallaba el último remate en un auténtico vendaval de ocasiones al que se sumaron Jordi Burgaya y Maxi Oruste, por no hablar de los zambombazos de Roberto di Benedetto. El Barça solo despertó e inquietó cuando quedaban dos minutos para el descanso, al que fue casi un milagro que se llegara manteniéndose el 0-0.

El gol llego con la segunda parte

El Liceo nunca perdió la fe y vio el cielo cuando Di Benedetto, con esos brazos interminables hizo uno de sus típicos robos en el centro de la pista, vio con claridad el pase para David Torres y este, con un toque de malabarista, definió ante Sergi Fernández. Golazo para abrir el marcador. Un tanto que no cambió nada porque los dos siguieron igual. El Barcelona, superado. Los de Juan Copa, con un par de marchas más. Su único problema eran las faltas. En un abrir y cerrar de ojos se pusieron con nueve, mientras los visitantes se quedaron anclados en la quinta durante 33 minutos. Con la amenaza de la directa, el Liceo quiso poner tierra de por medio. Otra vez se sucedieron los “¡uy!” del público. Y llegó la décima. Pau Bargalló tiró fuera para que todo siguiera igual. Salvo porque Helder Nunes vio azul y entonces la oportunidad a bola parada fue para los locales. Cogió la bola Torres, con idéntica suerte que su compañero en la primera parte. Se entró en los últimos diez minutos y el Barça enseñó los dientes. Pascual tiró al palo y cuando más lo necesitaba el Liceo apareció César Carballeira para marcar en una jugada por detrás de la portería y cortar cualquier conato de reacción culé, que se rindieron definitivamente tras un triple remate en el área, el último con palo incluido. Ya en el último minuto llegó la puntilla al partido. Azul a Helder Nunes y tercero de Marc Grau, por fin, de directa. El gol azulgrana, de João Rodrigues. Y el final para la celebración.